Tomás Moro nació en Londres en 1478. Fue hijo de sir John Moro, abogado y juez. Después de plantearse su posible vocación religiosa empezó a trabajar como abogado adquiriendo un gran renombre. Juez, embajador, miembro del Consejo Real, finalmente Enrique VIII le nombró Lord Canciller del Reino. Oponerse al Rey en la cuestión de su divorcio y en la supremacía del Monarca sobre la Iglesia de Inglaterra le costó morir decapitado. Fue canonizado en 1935 por S.S. Pio XI.
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Hay hombres y mujeres que se han hecho santos siendo fieles en las cosas pequeñas, a otros, por el contrario, Dios les pide acometer grandes empresas. Es el caso de Santo Tomás Moro. Estudió su ingreso en un convento, pero Dios le tenía reservado otro camino, dar testimonio de adhesión a la fe católica y a la Sede de Pedro. Empieza a trabajar como abogado. Su valía, prudencia y espíritu de justicia le hacen ser nombrado embajador, vice-gobernador de Londres, representante de la Cámara de los Comunes, hasta alcanzar la cumbre como Lord Canciller del Reino –Primer Ministro- con Enrique VIII. La misma honradez y sentido de la justicia que le encumbraron fueron la causa de su caída. Enrique VIII estaba acostumbrado a que se hiciera su voluntad. Cuando el Papa Clemente VII le negó el divorcio de su esposa, la reina Catalina de Aragón, Enrique urdió separar la iglesia de Inglaterra de Roma. Moro se negó a aceptar el divorcio y a jurar la Ley de Sumisión. Por ello fue juzgado y decapitado. Las virtudes humanas y cristianas de Moro son inmensas: Hombre de leyes y de letras, escribió obras celebradas, bien como humanista (la Utopía), bien en defensa de la fe católica. Amante esposo y padre. Amigo de los humanistas de su tiempo y al mismo tiempo protector de los pobres. Juez justo y amante de las bellas artes. Como cristiano fue hombre de oración y penitencia habituales. En la Torre de Londres, mientras espera para ser juzgado, escribió el "Diálogo del consuelo en la tribulación" y completó una obra anterior, el "Tratado sobre la Pasión de Cristo". Fue su manera de prepararse para la muerte. Su ejecución conmocionó a Europa. Erasmo escribió de él que era amante de la libertad y del buen humor. Dos virtudes necesarias para acometer grandes empresas al servicio de Dios. Uno de los méritos de la obra de Vazquez de Prada es que, a raiz de su aparición en 1966, impulsó el estudio y traducción de las obras de Moro en lengua castellana.