¿Qué es la dignidad humana?, ¿cómo se llega a descubrirla a través de la libertad?, ¿cuál es su fundamento último en el interior del hombre —el acto personal de ser—, y cuál fuera-dentrísimo de él: Dios, Ser subsistente, intimius intimo meo?
Los filósofos Tomás y Lourdes han salido a la palestra para replantearnos lo que parecía claro y muchos aceptan sin pensar: ¿El progreso de los países occidentales viene acompañado de un mayor respeto a la dignidad humana? Por lo pronto nos hace ver qué es la dignidad humana a través de la persona. A continuación, repasan modos como esta es atropellada o elevada en nuestra sociedad: el resultado es inesperado y espectacular para cualquier lector. Es sobrecogedor y profundo, todo lo que se le debe pedir a dos filósofos, que además, en este caso, son marido y mujer. Muy aconsjeble.
Escribe Román Gárate en la Revista Pensamiento: «Leí con interés este libro que trata de la Dignidad. De hecho, en uno o varios libros que estoy ultimando, uno de los temas centrales es éste de la Dignidad. Hasta el punto de que sea esa palabra "dignidad" una de las que pueden configurar el título de mis escritos: "Discutiendo con F. Nietzsche el hombre: moral – dignidad – Dios". Y tengo que confesar que no ha defraudado mi interés la lectura de este libro, sino que la ha superado: 1. Por la profundidad con que trata el tema. 2. Por el método claro y preciso con que aborda y recorre los laberintos que convergen y se entrecruzan entre sí. 3. Por su fundamentación sólida en tantos pensadores que desde la antigüedad hasta hoy se han expresado al propósito, destacando, por ejemplo, a Tomás de Aquino y a Inmanuel Kant. 4. Por el desarrollo filosófico estricto, lógico y luminoso de lo que significa esa palabra-realidad. 5. Por las consecuencias decisivas, gravísimas en todo caso, tanto para el bien como para el mal de los hombres y de la humanidad, que se derivan de la respuesta a esa pregunta que titula el libro "Dignidad: ¿una palabra vacía?" Había que notar, también, que su lectura, además de interesante, se hace amena por la actualidad que rezuman sus páginas. Y de ponerle pega al libro —aunque parezca, quizá, paradoja tras las líneas del párrafo anterior—, les hubiera agradecido que pusieran las citas de los libros con su editorial y páginas correspondientes». Añado tan sólo que, probablemente sin proponérselo, los autores han desplegado una vía de acceso a Dios, similar tal vez a la cuarta de Tomás de Aquino, pero de corte que hoy calificaríamos como «personalista»: a partir de una característica exclusiva de la persona —la dignidad— se elevan hasta su Fundamento último imprescindible, que por ese mismo motivo se ve adornado a su vez con la condición irrebatible de Persona.
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Los filósofos Tomás y Lourdes han salido a la palestra para replantearnos lo que parecía claro y muchos aceptan sin pensar: ¿El progreso de los países occidentales viene acompañado de un mayor respeto a la dignidad humana? Por lo pronto nos hace ver qué es la dignidad humana a través de la persona. A continuación, repasan modos como esta es atropellada o elevada en nuestra sociedad: el resultado es inesperado y espectacular para cualquier lector. Es sobrecogedor y profundo, todo lo que se le debe pedir a dos filósofos, que además, en este caso, son marido y mujer. Muy aconsjeble.
Escribe Román Gárate en la Revista Pensamiento: «Leí con interés este libro que trata de la Dignidad. De hecho, en uno o varios libros que estoy ultimando, uno de los temas centrales es éste de la Dignidad. Hasta el punto de que sea esa palabra "dignidad" una de las que pueden configurar el título de mis escritos: "Discutiendo con F. Nietzsche el hombre: moral – dignidad – Dios". Y tengo que confesar que no ha defraudado mi interés la lectura de este libro, sino que la ha superado: 1. Por la profundidad con que trata el tema. 2. Por el método claro y preciso con que aborda y recorre los laberintos que convergen y se entrecruzan entre sí. 3. Por su fundamentación sólida en tantos pensadores que desde la antigüedad hasta hoy se han expresado al propósito, destacando, por ejemplo, a Tomás de Aquino y a Inmanuel Kant. 4. Por el desarrollo filosófico estricto, lógico y luminoso de lo que significa esa palabra-realidad. 5. Por las consecuencias decisivas, gravísimas en todo caso, tanto para el bien como para el mal de los hombres y de la humanidad, que se derivan de la respuesta a esa pregunta que titula el libro "Dignidad: ¿una palabra vacía?" Había que notar, también, que su lectura, además de interesante, se hace amena por la actualidad que rezuman sus páginas. Y de ponerle pega al libro —aunque parezca, quizá, paradoja tras las líneas del párrafo anterior—, les hubiera agradecido que pusieran las citas de los libros con su editorial y páginas correspondientes». Añado tan sólo que, probablemente sin proponérselo, los autores han desplegado una vía de acceso a Dios, similar tal vez a la cuarta de Tomás de Aquino, pero de corte que hoy calificaríamos como «personalista»: a partir de una característica exclusiva de la persona —la dignidad— se elevan hasta su Fundamento último imprescindible, que por ese mismo motivo se ve adornado a su vez con la condición irrebatible de Persona.