Conspiración en Moscú

La muerte, con algunos detalles oscuros, de un joven general ruso es investigada por el policía secreto Fandorin. La obra rinde homenaje a Arthur Conan Doyle a través de una historia entretenida, con buenas dosis de misterio y de eficaz humorismo.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2003 Salamandra
376
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.222224
Average: 3.2 (9 votes)
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Imagen de rocio meca

Un rumor desconcertante recorre los pasillos del hotel Dusseaux, desborda los muros del recinto y se extiende por todo Moscú: ¡El general blanco ha muerto! Mijail Dimitrievich Soboliev, epítome del héroe ruso, una síntesis de Aquiles, Alejandro Magno y Napoleón concentrados en un solo hombre, ha muerto de improviso en la flor de la vida. A pesar de la enorme conmoción y, cuando la voz con la trágica noticia aún reverbera tanto en las imponentes avenidas como en las callejuelas de la metrópoli, dos oídos atentos y una nariz suspicaz se concentran en la escena del suceso. Ha regresado Erast Fandorin, el investigador que, tras una misión diplomática de cuatro años en Japón, llega al hotel horas antes de que se dé a conocer el terrible acontecimiento.

El punto débil de Soboliev – su irremediable debilidad por las mujeres hermosas – y la fundada sospecha de que algo oscuro se esconde detrás de la aparente muerte natural del egregio militar, abren el apetito indagador de Fandorin. Conforme siguen pistas, esquivan emboscadas y eluden persecuciones, el flamante consejero titular y su ayudante japonés Masa se ven envueltos en una trama que corta la respiración, infiltrándose desde los gabinetes de las altas esferas gubernamentales hasta los bajos fondos de Jitrovka, sin olvidar sus inesperados tropiezos en las alcobas de ciertas bellezas… Y mientras entre bastidores se perfila la sombra de un acérrimo enemigo del consejero, la opereta se convierte en drama: como un juego de cajas chinas vuelto al revés, el caso Soboliev crece y se agiganta hasta descubrir el verdadero e insospechado móvil y, tal vez, al verdadero e insospechado culpable.

Fiel a su propósito de reinterpretar libro a libro los distintos matices del género negro, Akunin nos ofrece en esta novela una historia de acción y misterio de gran calidad, rica en suspense y plena de insólito humor, tan explosivo y contundente como un buen vaso de vodka.

Imagen de Porto

Una vez mas el humor, la inteligencia sorprendente de Fandorin y la intriga hacen de esta novela algo grato. La historia dentro de la historia para introducir el personaje ( 2ª parte) que va a resolver el enigma, aunque rompa el ritmo y desconcierte es agradable y está bien relatada. Escuché a alguien que este autor era bueno para leer en el autobús únicamente, aparte de la impertinencia pedante, hay que decir que no es cierto: es una novela que reune todos los ingredientes de la novela policiaca y que está muy bien llevada como nos tiene acostumbrados ya el autor.

Imagen de cdl

Un rumor desconcertante recorre los pasillos del hotel Dusseaux, desborda los muros del recinto y se extiende por todo Moscú: '¡El general blanco ha muerto!' Mijail Dimitrievich Soboliev, epítome del héroe ruso, una síntesis de Aquiles, Alejandro Magno y Napoleón concentrados en un solo hombre, ha muerto de improviso en la flor de la vida. A pesar de la enorme conmoción, y cuando la voz de la trágica noticia aún reverbera tanto en las imponentes avenidas como en las callejuelas de la metrópoli, dos oídos atentos y una nariz suspicaz se concentran en la escena del suceso. Ha regresado Erast Fandorin ...