La vida de la Iglesia siempre ha sido rica en personas cuyo amor por Cristo definía la totalidad de su existencia. Es también el caso del cardenal Joseph Ratzinger, actual Benedicto XVI, protagonista de excepción del fin del milenio, quien pone de manifiesto en esta autobiografía, plena de sentido del humor, inteligencia y pasión, que toda su vida ha estado y está marcada por el lema que escogió para su escudo episcopal: 'Cooperatores veritatis'.
Este libro fue editado en España por Ediciones Encuentro en 1998 y ahora con motivo de la proclamación como Papa del cardenal Ratzinger ve la luz una nueva edición.
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"Mi Vida", de Joseph Ratzinger, es la biografía de un teólogo, y, a parte de la narración de su infancia y su ordenación sacerdotal, los recuerdos se centran en sus desempeños teológicos. Un hito en esa biografía es la presencia del autor, como perito, en el Concilio Vaticano II. Sorprende por la claridad con la que se expresa sobre determinados episodios, no muy positivos, de la historia reciente de la Iglesia. De su biografía desearía destacar tres rasgos que pueden hacernos comprender mejor a Benedicto XVI. En primer lugar que él mismo sufrió la incomprensión teológica. Schmaus, padre de la Dogmática alemana, rechazó la tesis de habilitación para la docencia del joven profesor por no compartir sus contenidos. Ratzinger logró salir del apuro que hubiera truncado su vida docente, pero se prometió a sí mismo no actuar nunca de la misma manera. Por eso carece de sentido pensar que después pudiera haber actuado arbitrariamente como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ratzinger fue disputado por varias universidades alemanas, actuó, como se ha dicho, como perito en el Concilio Vaticano II y perteneció a la Comisión Teológica Internacional fundada por Pablo VI, pero nunca dejó de sentir con la Iglesia. Por eso fue capaz de abandonar el trabajo teológico para servir como Arzobispo de Munich y después en la curia romana. El último rasgo estaría en su sentido de la tradición y su piedad sencilla que le lleva a evocar, por ejemplo, el misal litúrgico que utilizaba en su niñez. Ratzinger termina sus recuerdos evocando las palabras del salmista: Ut iumentum factus sum apud te!". Y se las aplica a si mismo: "Desde hace años camino con mi carga por la Ciudad Eterna. No sé cuándo seré puesto en libertad, pero sé que también sirven para mí estas palabras: Me he convertido en una bestia de carga y, precisamente así, estoy contigo".
Uno de los libros que se está agotando en las librerías: la autobiografía intelectual del nuevo Papa, desde su difícil infancia durante el nazismo hasta ser nombrado arzobispo de Munich. Se detiene sobre todo en su itinerario como investigador y profesor, en las diversas universidades alemanas, y en sus relaciones con los grandes teólogos como Karl Rahner, De Lubac, Von Balthasar y el disidente radical Hans Küng.
En esta primera autobiografía el actual Papa ya nos daba una visión de su hondura de pensamiento y gran humildad que junto con su humanidad le caracteriza. Puede ser un buen libro para empezar a conocer al Sumo Pontífice.