Martin Boyne ha decidido compartir la madurez al lado de Rose Sellars, una respetable viuda instalada en Europa. En el barco que debe conducirlo a ella, Boyne se encuentra con los hijos de unos viejos amigos, los Wheater: una animada prole de siete niños, desde un recién nacido a una muchacha de casi dieciséis años de edad, producto de distintos matrimonios y distintos divorcios. Esta tropa ha jurado, bajo el liderazgo de Judith, la hija mayor, encontrar «un hogar cálido y estable» y permanecer unida pese a los ocasionales caprichos de sus distintos padres de separarlos. Boyne cae subyugado por el ímpetu de Judith y casi sin querer se encuentra tutelando sus tremendos planes.
Comentarios
Comencé a leer este libro con gran interés y, efectivamente, la trama es novedosa. Pero su lectura a mi se me ha hecho tediosa y el final se véia venir. Me ha parecido una novelita sin sustancia. Lo positivo, que lo tiene, es que hace comprender el sufrimiento de los niños cuando sus padres se divorcian.
La trama de novela es verdaderamente sorprendente; quizá novedosa. Y, sin embargo, parece que tiene algo que ver con la vida misma de la autora. Hasta que punto se puede despreciar la idea natural de la familia por la frivolidad exagerada de unas personas que viven para divertirse; hasta que punto se puede olvidar el deber más sagrado de unos padres, la educación de los hijos, por dedicarse simplemente a sus vanidades y pasiones. Toda la novela es una crítica ácida a ese mundo de frivolidad de hombres y mujeres que viven de su inmensa patrimonio y viven para su puro egoísmo. Aunque la acción se situe en el principio del siglo pasada, es evidente que estas situaciones pueden darse hoy, aunque con modos distintos. La novela está muy bien escrita y consigue que el lector se identifique con algunos personajes y rechace totalmente a otros. Es una historia de amor distinta y bien conseguida.