La muerte de Jeremy Grove, famoso crítico de arte, es inexplicable. Su cuerpo fue encontrado en una habitación cerrada con llave desde dentro y con la marca de un crucifijo grabada en su pecho como una quemadura. Hasta los menos supersticiosos empiezan a hablar de un pacto con el diablo. Para investigar este extraño caso, el inspector Pendergast tendrá que abandonar Nueva York y viajar a un pueblo de Italia, donde veinte años atrás cuatro hombres hicieron una promesa diabólica. A partir de entonces Pendergast se ve obligado a enfrentarse con fuerzas desconocidas; hasta parece que él será la próxima víctima de una venganza abominable, a la que no está nada claro que pueda sobrevivir.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2005 | Plaza & Janés |
252 |
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Comentarios
Douglas Preston y Lincoln Child son dos escritores norteamericanos que ya llevan unas cuantas obras firmadas conjuntamente. Su estilo es comercial. Novelas de aventuras y policíacas, siempre con extrañas muertes por resolver, situaciones límite y algo de intriga o terror. Sus obras son entretenidas y a pesar de lo evasivo de su propuesta, tienen cierto rigor documental y sobretodo, están bien escritas, en el sentido de que tienen un buen ritmo narrativo, ese que engancha y te impide dejar de leer, aunque cada vez son menos interesantes y más superfluas, con poca trascendencia. Eso sí se leen con facilidad y bastante entusiasmo. Su última novela traducida al castellano como “La mano del diablo” tiene el perfil de las anteriores, aunque el ritmo narrativo es bueno, la trama final está bastante forzada, algunas situaciones son del todo previsibles y otras absolutamente incomprensibles e inverosímiles, por no decir increíbles. Una propuesta bastante comercial y pretenciosa, que entretiene, pero que en su conjunto no acaba de convencer. Es suficiente para disfrutar un par de tardes de invierno sentado en un sofá. Posiblemente esta sea la novela más floja de sus autores, que sin duda afectados por el síndrome Dan Brown, se sitúan cada vez más lejos de las bondades de su primera novela, “The Relic” (El ídolo perdido), que sigue siendo la más recomendable.
Se trata de una nueva vuelta de tuerca sobre misterios supuestamente sobrenaturales, aunque en esta caso el autor se inclina por resolverlo de una forma completamente a ras de tierra. Trama forzada,con personajes algo desvaidos,pero en la que la accion es trepidante y "engancha" al lector,pudiendo ser leido de un tirón. Escritura lineal sin grandes pretensiones literarias(como todos los libros de este genero).Concesiones a la obra de Wilkie Collins, del que el autor se declara ferviente admirador. El tema del diablo como telón de fondo y coqueteos con la religión, que es tratado de una forma al menos respetuosa, en un mundo en el que nadie cree en nada, salvo en el diablo. Escena de sexo explicito, que estropea un conjunto ameno de leer, aunque no de gran calidad.