Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Cuatro historias sutilemente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.
Comentarios
La prosa es buena y los relatos están bien construidos y ensamblados. Los mejores son el primero y el tercero. El segundo resulta menos convincente y demasiado lacrimógeno y el cuarto adolece de un exceso de subjetivismo: se nota en exceso que el autor toma partido, y uno de los protagonistas, el clérigo rijoso, resulta demasiado grotesco, lo que deteriora la verosimilitud de una obra que está escrita en clave realista.
Se trata de una obra bien estructurada, con facilidad de estilo y riqueza de lenguaje, que contiene cuatro relatos de la posguerra española, desde las perspectiva de los derrotados. Relatos en los que manifiestas el partidismo del autor, no sin cierta dosis de subjetividad y simpatía por el bando republicano, con un claro tinte laicista.
Son cuatro historias desgarradoras que te hacen llorar, sobre toda la segunda, en la que un niño poeta huye asustado con su compañera niña embarazada y vivie una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses. Su prosa me ha parecido "un lujo", disfrutas con cada frase, con cada palabra. Hacía mucho tiempo que no caía en mis manos un libro tan bien escrito. Con razón le han dado el permio Nacional de Narrativa. Este libro lo están recomendando en muchas tertulias literarias, sobre todo por la exquisitez de su prosa. Es una obra de arte.