El secreto del Bosque Viejo es un relato fantástico, que puede leerse como fábula para adultos o como relato para niños. La riqueza del relato es tal, que desde que se publicó no han dejado de elaborarse interpretaciones sobre él. Robert Baudry afirmó: "¿Cómo no reconocer en El secreto del Bosque Viejo una obra rica, poética, llena de ecos…? ¿El Bosque Viejo? Sin duda, la obra maestra, maravillosa, de Buzzati".
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Un cuento fantástico, como todo cuento, para adultos, aunque lo puede leer un niño, sobre la naturaleza, la convivencia, el bien y el mal. Un relato conmovedor donde la palabra Dios aparece con naturalidad en la boca de las buenas personas; donde la ecología, el amor por la naturaleza, aparece sin reivindicaciones; donde los buenos –que son mayoría- son tan buenos que sienten lástima por los malos; donde los malos –que son muy pocos- terminan cambiando: porque están rodeados de buenos. La prosa de Buzzati es tan sencilla que desaparece. No hay barroquismos ni simplezas, ni pretensiones novedosas. Es un encantador cuento para adultos.
“Lo que está ocurriendo es muy triste, no estamos en absoluto acostumbrados a ello –continuó Bernardi con voz calmada-. Pero tú sabes que he hecho todo lo imposible para tratar de impedirlo. Sabes que nos han traicionado y que nos han robado el viento. […]
-Hemos venido a despedirte- continuó Bernardi-. Esta misma noche te irás lejos, a la grande y eterna floresta de la que tanto oímos hablar en nuestra juventud. La verde floresta que no tiene límites, donde no hay conejos selváticos, ni lirones, ni alacranes cebolleros que coman las raíces, ni barrenillos que excaven la madera, ni gusanos que devoren las hojas. Allá arriba no habrá tormentas: no se verán rayos ni relámpagos ni siquiera en las cálidas noches de verano.
Te reunirás con nuestros compañeros caídos, que han comenzado a vivir de nuevo, pero esta vez de una forma definitiva. Han vuelto a ser plantitas que crecen a ras del suelo, han vuelto a aprender a florecer y han ascendido lentamente hacia el cielo. Buena parte de ellos ya debe de haber crecido mucho. Saluda de mi parte a Teobio, si lo ves, dile que no ha vuelto a haber un abeto como él, y eso que han pasado más de doscientos años. Tal vez le agrade saberlo”.