Tarea de investigación sobre el Opus Dei encargada a Vittorio Messori por la editorial italiana Mondadori. Para llevarla a cabo el periodista lee todo lo que se ha publicado al respecto. Visita varias obras educativas dirigidas por socios de la Prelatura en Italia y España y celebra una entrevista de dos horas con el entonces Prelado del Opus Dei, el Obispo español don Alvaro del Portillo y Diez de Sollano. Las conclusiones a las que llega Messori son favorables para la institución, su transparencia y catolicidad.
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Índice:
Una leyenda negra.
Muchas sectas, una prelatura.
Lo raro de no ser raros.
Vocaciones con contrato.
El cilicio y los ángeles.
Quién va y quien viene.
Cada uno a su manera.
El caso de Vittorio Messori es un supuesto de conversión de las que se dan hoy en día, del catolicismo al catolicismo. Bautizados que deciden dar importancia a su fe y descubren que la Iglesia tiene algo que decirles. Es lo que Juan Pablo II ha llamado la nueva evangelización de Europa, la conversión de los ya bautizados. Messori, como periodista, recibe el encargo de hacer una investigación sobre el Opus Dei y acerca de los prejuicios que esa institución suscita en algunos sectores y medios de comunicación. Es una investigación al revés. No parte de lo que es el Opus Dei, una institución católica, sino de lo que algunos dicen que es: Una secta, un grupo de presión político y económico, etc. Como técnica periodística puede ser correcta, pero como medio para escribir una monografía corre el peligro de centrase en lo accidental y dejar fuera el núcleo. Por eso el libro resulta un poco desestructurado, sobre todo al principio. El autor afirma haber leído durante un año todo lo que ha publicado el Opus Dei y todo lo que se ha publicado sobre él. Constata que es algo mucho más sencillo de lo que él hubiera pensado. No obstante, su afán por no dejar cabos sueltos le lleva a perderse en detalles que, para el que conoce el Opus Dei carecen de importancia y para el que no lo conoce carecen de interés. El autor testifica que en el Opus Dei no le han negado ningún documento de los que pidió y no le ha sido cerrada ninguna puerta. Parece claro que los miembros del Opus Dei que ha conocido, sobre todo italianos, le han impresionado favorablemente. Como fuentes más citadas están la biografía del Fundador, del alemán Peter Berglar, y el libro El Opus Dei, del sacerdote francés Dominique Le Tourneau. El autor observa con satisfacción como la práctica religiosa de los miembros del Opus Dei coincide con la tradicional de la Iglesia: Sacramentos, devoción a la Virgen y a los santos ángeles, etc., y es que Messori mismo es un cristiano tradicional, no tradicionalista. Concluye afirmando que ochenta mil socios del Opus Dei en todo el mundo no pueden estar engañados al mismo tiempo. Por otra parte, si el Opus Dei tuviese una finalidad meramente humana ¿cómo satisfacer al mismo tiempo a un ama de casa europea, a un profesor japonés o un agricultor filipino? Por si acaso termina disculpándose por no haber descubierto nada especial y sugiere que, si alguien no está de acuerdo con sus conclusiones, investigue por sí mismo.