Tel Aviv, hora punta. Una mujer acciona los explosivos que oculta bajo sus ropas en un restaurante atestado de personas. Las numerosas víctimas empiezan a llegar por oleadas al hospital. El doctor Amín Jaafari, un israelí de origen palestino, se pasa el día intentando salvar lo insalvable. Hasta que de repente el caos y la confusión dejan paso a la sorpresa y la amargura: entre los muertos se halla el cadáver destrozado de su mujer. Y, lo que es peor, todo apunta a que ella es la terrorista suicida. El mundo se derrumba en torno al doctor Amín. De médico modélico pasa a ser un sospechoso para sus compañeros, para sus vecinos y, por supuesto, para la policía. Sumido en un profundo estado de ansiedad, necesita saber qué llevó a una mujer moderna, sin ataduras religiosas, integrada en la vida israelí, a inmolarse en un atroz atentado. Sus preguntas en el entorno familiar le depararán ingratas y peligrosas sorpresas.
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He leído este libro precisamente durante el vuelo Madrid- Tel Aviv. He viajado a Tierra Santa y además de la peregrinación religiosa me interesaba la sociedad, el pueblo, su vida y sus conflictos. Me ha parecido muy bueno, me ha ayudado a conocer mejor la profundidad del conflicto palestino -israelí, he disfrutado con la novela que ha captado mi atención desde la primera a la última página.
En clave de intriga, Yasmina Khadra hace una nueva incursión en el mundo del terrorismo islámico para recordarnos que la barbarie permanece oculta tras la vida civilizada y autocomplaciente que nos hemos inventado en la sociedad moderna. Que vivimos en una ficción teatral frente a la salvaje realidad que subyace entre bambalinas. Pero El atentado no es sólo una reflexión sobre la convivencia entre culturas y pueblos y sobre la incidencia del integrismo. Con su tradicional maestría para el trazo sicológico de los personajes, elaborar diálogos precisos y contundentes, y crear un ambiente emocionante por medio de la tensión narrativa. Yasmina Khadra hace de "El atentado" una novela de engaños y desengaños, de ilusiones y decepciones, una intervención quirúrgica en vivo sobre el amor, la incomunicación y las relaciones de pareja en la sociedad actual. Una reflexión, en suma, sobre la vida y la muerte en tiempos difíciles.
Yasmina Khadra es el seudónimo femenino del argelino Mohamed Moulessehoul. Lo que comenzó siendo una manera de protegerse para denunciar las lacras sociales de su país se ha convertido en recurso literario.
El Atentado es una novela que se inicia con una suicida propalestina, que se lleva consigo a otras dieciséis víctimas y finaliza con un misil israelí que destroza el coche de un jeque fanático. Por medio queda la historia de un médico, de origen beduino y nacionalidad israelí, que empieza siendo el marido de la suicida y acaba absolutamente desorientado. Debería ser la aguja de la brújula capaz de señalar el norte y aportar alguna claridad sobre el eterno conflicto palestino israelí pero nos quedamos en la perplejidad de siempre. ¡Puede solucionarse esa guerra? ¿Se puede esperar un final pacífico?
Yasmina Khadra, nos guía a través de un laberinto. Porque el médico israelí, pero árabe de raza, primero es rechazado por los compañeros de nacionalidad a causa de su mujer terrorista, y después, intentando ver las cosas desde los otros, descubre que abusos los hay de todas partes. Y así nos quedamos con una bomba que no tiene sentido, fruto del nihilismo terrorista, y una respuesta desproporcionada que deja también un montón de víctimas. Así, aunque la tentativa es buena, al final la esperanza se diluye. Queda, eso sí, la enseñanza de que el conflicto es más que enrevesado y, por lo que parece, su complicación tenderá a aumentar más que a su contrario.
Como novela está bien escrita. Tiene los suficientes atractivos argumentales y fluidez narrativa para captar nuestra atención y mantenernos pendientes de la historia.
Es una novela que engancha. Aborda un tema tan actual como el conflicto de Palestina. Al hilo de un atentado palestino en Israel, el autor, presenta tres puntos de vista sobre lo acontecido.
Una primera perspectiva, la teje desde la visión de un palestino nacionalizado israelí, e integrado en la vida social de Tel Avid, que se ve arrastrado por las consecuencias del atentado.
Un segundo punto de mira, es el de las autoridades y el ejército israelí que devuelve ojo por ojo y diente por diente. Y un tercer enfoque es el del pueblo palestino que vive bajo la represión israelí.
Se trata de un relato bien llevado, y sin ánimo propagandístico pone el acento en la situación de los palestinos no sin cierta crítica hacia el fundamentalismo. Es una obra acabada y presenta un enfoque interesante.
La novela me ha parecido muy bien escrita y sumamente interesante. El enfrentamiento del protagonista y narrador con la terrible realidad -su mujer, a la que amaba profundamente, se ha inmolado en un atentado suicida en el que mueren muchos inocentes- y el intento de descubrir las razones por las que ella llegó a tomar esa decisión, así como los recuerdos de su vida de beduino o su defensa de la vida están muy bien tratados. Lógicamente el relato es durísimo, pues muestra tanto los peligros del fundamentalismo islámico, como el caldo de cultivo que supone la penosa situación en que se encuentran miles de palestinos. Literariamente, además, tiene notable calidad, no estamos pues ante un "best-seller", sin oante una obra de arte.