Efectivamente se podría acusar cierta melosidad y ñoñería en la novela, pero creo que sería injusto quedarse ahí. Perfectamente escrito, la historia está construida de modo artesanal de principio a fin y con seriedad en la presentación psicológica de los niños (nada fácil, por otra parte). Como toda novela iniciática tiene dos salidas; el dolor o el amor. Sánchez Mazas optó por ambas y eso es lo que la convierte en una gran novela. ¿Sólo para adolescentes? No, pero sobretodo.
País Vasco, verano y otoño de 1923. Vicisitudes de dos chicos jóvenes, Pedrito y su prima Isabel, que se enamoran. Sánchez Mazas presenta las memorias de un chico de clase alta vasca, y reconstruye con prosa cálida, sensibilidad y gran categoría literaria unos años y un ambiente que recuerda con ilusión. Está perfectamente plasmado el mundo psicológico del protagonista, sus ideales románticos y nobles: de amor, de heroísmo, etc. Son magníficas también las descripciones de la naturaleza.
El lenguaje reproduce fielmente modos de hablar castellanos y vascos y refleja con exactitud las reacciones juveniles:
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Efectivamente se podría acusar cierta melosidad y ñoñería en la novela, pero creo que sería injusto quedarse ahí. Perfectamente escrito, la historia está construida de modo artesanal de principio a fin y con seriedad en la presentación psicológica de los niños (nada fácil, por otra parte). Como toda novela iniciática tiene dos salidas; el dolor o el amor. Sánchez Mazas optó por ambas y eso es lo que la convierte en una gran novela. ¿Sólo para adolescentes? No, pero sobretodo.
A mi me parece que refleja un mundo un tanto clasista y artificial. Todo un poco meloso de más.
País Vasco, verano y otoño de 1923. Vicisitudes de dos chicos jóvenes, Pedrito y su prima Isabel, que se enamoran. Sánchez Mazas presenta las memorias de un chico de clase alta vasca, y reconstruye con prosa cálida, sensibilidad y gran categoría literaria unos años y un ambiente que recuerda con ilusión. Está perfectamente plasmado el mundo psicológico del protagonista, sus ideales románticos y nobles: de amor, de heroísmo, etc. Son magníficas también las descripciones de la naturaleza.
El lenguaje reproduce fielmente modos de hablar castellanos y vascos y refleja con exactitud las reacciones juveniles: