De vez en cuando aparecen publicadas obras sencillas, redactadas por personas poco conocidas pero muy experimentadas en la catequesis y evangelización de los jóvenes que ponen por escrito textos de una gran belleza y riqueza espiritual. El buen fruto que deja en el alma la obra de la religiosa francesa Anne Lécu, dominica, publicada en ediciones Paulinas, conviene que sea conocida.

Por otra parte, convendría que muchos sacerdotes con cura de almas se detuvieran en la lectura de este trabajo pues valorarían más el significado de las palabras que pronuncian en la misa y se darían cuenta de la importancia que tiene para sus almas y para los que participan en el sacrificio de la misa unir las palabras con la profundidad de los significados. Acierta la religiosa Anne Lécu cuando nos hace caer en la cuenta de que se pueden pronunciar unas palabras e incluso darles la entonación adecuada, pero tener la mente en otras cosas; pensamientos importantisimos pero que no son los que deben acompañar a la significación.

Asimismo, el pueblo cristiano, si lee este trabajo, le puede ayudar a vivir contemplando lo que está pasando en el altar, e identificarse con Cristo vivo que se está ofreciendo a Dios Padre en el Espíritu Santo por todos los pecados de todos los hombres de todos los tiempos.

El esquema del libro ayuda mucho al lector a meterse en cada una de las partes del libro y en las tres secciones en las que tradicionalmente se divide la santa Misa. En primer lugar, la liturgia de la Palabra y los ritos iniciales que denomina “el misterio de la Encarnación del Señor”.

En segundo lugar, las acciones y gestos se compendian bajo el epígrafe de la crucifixión que abarca desde el ofertorio hasta el final de la plegaria eucarística: el aspecto sacrificial.

Finalmente, la tercera parte sería el rito de comunión que viene ofrecido por el padrenuestro y que abarca hasta el nuevo envío: “podéis ir en paz”, pues transformados nosotros somos enviados a transformar el mundo que tocamos con nuestros corazones purificados y encendidos.

Es muy interesante que el libro comience con la señal de la cruz: “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” y termine con la bendición “del Padre, Hijo y Espíritu Santo” pues en esa vida intratrinitaria se desarrolla nuestra entera existencia de hijos en el Hijo. Conviene detenerse a meditar los textos de la Sagrada Escritura que la autora va citando en cada una de las partes pues pueden ayudarnos a encendernos a lo largo de la misa. La verdad sacrificial de la presencia de la Trinidad durante la Santa Misa hace que junto a los cielos y la tierra los santos del cielo y las necesidades de los hombres formemos una Iglesia viva y operativa.

José Carlos Martín de la Hoz

Anne Lécu, Esto es mi cuerpo. Conocer, vivir y celebrar la Eucaristía, ediciones Paulinas, Madrid 2024, 127 pp.