¿Cúal es el futuro de Europa?



            El Académico Luis Suárez acaba de publicar la segunda
parte de su interesante investigación acerca de las raíces cristianas de
Europa. En su anterior trabajo, que ya comentamos en Club del lector, Luis
SUÁREZ FERNÁNDEZ, La construcción de la
cristiandad europea,
ed. Homolegens, Madrid 2008, 558 pp., realizaba un
interesante recorrido desde el ocaso de
la Edad Media hasta el siglo XV. Es decir la Europa que nacía del
Renacimiento y del humanismo y su profunda irradiación. Precisamente en esa
Europa de los grandes descubrimientos y de altas cotas culturales, estaba
presente la Iglesia y sus instituciones. Así concluía: "Si la Iglesia no se
hubiera mostrado firme en su autoridad, aplicando rigurosas sentencias, el
mundo europeo habría retornado a la superstición y la barbarie" (p.420).


            En esta segunda parte, desde el siglo XV hasta nuestros
días, vendrá caracterizada por la crisis y renovación de los valores que
hicieron posible aquella Europa. Precisamente el Prof. Suárez explica, después
de casi cien páginas, lo siguiente: "El objetivo de este libro es el
crecimiento del humanismo cristiano y, después, de su paulatino abandono hasta
llegar a la desvaloración de los fundamentos religiosos" (p.106).


            Efectivamente, un factor clave de la desorientación
europea fue la ruptura de la unidad de
la fe. Pero también de la unidad de fe y ciencia, teología y
derecho, fe y razón. De esas rupturas, la más importante, fue la perdida de la
confianza en el Magisterio de la Iglesia como depositaria de lo que, desde San
Ireneo de Lyón, se denominó la Regla de
la fe. Así nos dice Suárez: "Hubo, pues, un clima de
desconfianza hacia el humanismo considerado en su conjunto. Puede decirse que
sin Lutero no hubiéramos llegado al error cometido con Galileo" (p.108).


            Las relaciones entre el catolicismo y la iglesia
reformada, ya no venían dirigidas por la búsqueda de
la
verdad. Había

desconfianza. De hecho Melachton desde Worms (1545): "exigía de antemano la
aceptación de las tesis luteranas para construir una iglesia nueva" (p.110).


            Así pues cada uno fue por su cuenta. Y es un hecho que, después
de Trento: "durante un decenio, la Iglesia romana, que había asumido sin
condiciones el tomismo y los principios de la reforma católica española,
ejecutó un gran esfuerzo de recuperación" (p.121).


            De este modo llegaron las paradojas del pensamiento no
católico. De hecho Voltaire, con sentido realista "no
descartaba la unión entre razón y despotismo. Cometen un grave error quienes
invocan su memoria desde los comienzos de la democracia" (p.166).


            Finalmente, en muchos lugares se impuso el deísmo que
rompió la oración cristiana y la racionalidad de la fe: "Desde el principio el
deísmo es una concepción racionalista de la divinidad, que sustituye a la
Tradición revelada por la razón" (p.188). Así pues se impone la vuelta a las
raíces cristianas de Europa, para su reconstrucción.


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


Luis SUÁREZ, Crisis y
Restauración en Europa
,
ed. Homolegens, Madrid 2009, 477 pp.