Cultura y memoria de la violencia

 

La profesora Portela, filóloga, ha desarrollado su vida académica en Estados Unidos donde alcanzó el doctorado y donde ha sido durante muchos años directora del Departamento de Humanidades de la Universidad de Lehigh (Pensilvania).

Su especialidad, y mayor producción bibliográfica, ha sido el estudio de la violencia en la narrativa en lengua castellana y en inglés y, en concreto, ha estudiado el problema del terrorismo en Argentina y Estados Unidos.

Actualmente, ha centrado sus investigaciones en el País Vasco, de donde es originaria y donde vivió su infancia y juventud en los años setenta y ochenta hasta que marchó a Estados Unidos. Ha entrado en el problema con el bagaje personal y familiar y con un amplio conocimiento de lo que se ha publicado ya sobre el problema de la violencia en esas tierras: "Yo soy parte de esta historia y mi punto de vista para contarla es el de testigo, un testigo que, por muchos años, si no indiferente al problema de la violencia en el País Vasco, si le dio la espalda, eligió no querer entender porque hacerlo resultaba demasiado complicado y emocionalmente agotador" (19).

Como nos dice ella misma en el prólogo de la obra, en los últimos años ha publicado diversos artículos sobre el conflicto vasco y la necesidad de una cultura capaz de afrontar sus secuelas. Precisamente este es el objetivo clave de esta obra que estamos comentando y que está destinada a ser un referente desde ahora en la temática de la  paz y de la superación de la violencia: "la pregunta de fondo que guía este ensayo es si resulta posible hacer un cambio imaginativo que permita reconstruir los vínculos sociales resquebrajados por la violencia, y si la cultura tiene una función en este proceso" (21).

La metodología la comenta brevemente a la autora un poco antes: "A través de estas páginas presento varias obras cinematográficas, literarias y fotográficas del siglo XXI que con su visión creativa se oponen a la dinámica del silencio, complicidad e indiferencia tan propias de la sociedad vasca, contribuyendo de esta forma a promover una imaginación ética" (20).

Son muchas la dificultades que ha atravesado esta investigación que ahora se presenta, entre otras cosas, por el miedo de muchas personas a hablar: "miedo a que alguien sienta que le he traicionado, miedo a que mi narración cause algún problema con la justicia, miedo a que las personas del entorno abertzale radical vean sus confesiones conmigo como una traición. ¿Son estos miedos racionales? Igual a algunos les parece una exageración: ya vivimos otros tiempos, ya estas cosas no importan a nadie, ya se puede hablar abiertamente del tema. Y, sin embargo, algunas personas cercanas a mí que han leído páginas de este libro me han pedido que no las incluya"(210).

La impresión que deja la lectura de este libro es que todavía falta tiempo para alcanzar la verdadera paz.

 

José Carlos Martín de la Hoz

Edurne Portela, El eco de los disparos. Cultura y memoria de la violencia, ed. Galaxia Gutemberg, Barcelona 2016, 218 pp.