Cultura y persona humana

 

En la antropología filosófica de nuevo cuño elaborada por tantos autores recientes se advierte en la capacidad de integrar en “el viviente”, en la persona humana como principio vital de todo el ser, una elegante capacidad de integración que los hace ser verdaderamente realistas y motivadores.

Precisamente, en el manual de antropología redactado por el profesor Antonio Malo, aborda la integración dentro de la relación, entendimiento voluntad, afectos y sentimientos de una manera nueva: “En la acción se involucra toda la persona” (199).

Inmediatamente, el profesor de la Universidad de la Santa Cruz y a esto deseamos dedicar estas líneas, confronta naturaleza humana con las realidades culturales muy variadas como correlato de los dos coprincipios del ser y del obrar humano (238).

Precisamente, como muestras las culturas prehistóricas, ya las manifestaciones de costumbres, hábitos alimenticios, atención a los difuntos y ancianos son indudablemente señales del comienzo de lo humano (243)

Enseguida, añadirá, nuestro autor a modo de concreción: “Los descubrimientos filosóficos y científicos, aunque se hayan realizado en ciertas culturas, las trascienden. De todas formas, hay que subrayar que son, sobre todo, las relaciones de justicia y donación entre las personas las que transforman el mundo en una realidad verdaderamente humana” (244).

Parte fundamental de la cultura humana es todo lo relacionado con el mundo del trabajo, en primer lugar, entendido como maduración y formación de las personas y no solamente como un sometimiento del individuo al grupo (246).

Es decir, nuestro autor tratará pormenorizadamente la actividad profesional como el más importante carácter perfectivo del obrar humano, pues no solo sirve para sacar adelante la familia, obtener los medios económicos necesarios o por afán de poder sino esencialmente sirve para la autorealización del ser humano y culminar la obra de la creación (247).

Enseguida nos hablará de cómo “La cultura es el verdadero universal-particular en el que se manifiesta la naturaleza humana (255). Es más, como ha mostrado en estos últimos años la globalización no ha destruido las culturas (257). Indudablemente, podrían dedicarse muchos comentarios al interesante tema de los “Valores y contravalores culturales” (257), puesto que vivimos en una sociedad democrática, donde la variedad de enfoques y la cultura de la desigualdad está siempre presente. En cualquier caso, no olvidemos que “Moral cristiana se presenta como una jerarquía eterna de valores (259). Así pues, terminaremos integrando todo, hasta el sexo en la persona mediante el amor (263).

José Carlos Martín de la Hoz

Antonio Malo, Antropología de la integración, Rialp, Madrid 2023, 380 pp.