El profesor Rafael Palomino, Catedrático de Derecho de la Universidad Complutense, comienza su reciente trabajo “Del templo al mundo”, narrando las circunstancias COVID que le llevaron a quedar recluido en su habitación y, por tanto, a propiciar empezar a escribir las ideas que desde hacía tiempo llevaba bullendo constantemente en la cabeza.
En primer lugar, se refiere nuestro autor a unas estadísticas sobre el catolicismo en España realizadas en el año 1979, en las que el 90,3% de los españoles declaraba considerarse católico (55,7% practicante y 34,6% no practicante) para inmediatamente compararlas con otras del año 2020, en las que desgraciadamente solo el 59,8% de los españoles se consideraban católicos (18,8% practicantes y 41,2% no practicantes), algo verdaderamente demoledor (15).
Lo más terrible de todo es que las explicaciones del autor del trabajo a esta bajada cósmica se deberían sencillamente a motivos tan superficiales como a que “se está generando una ola de hostilidad en Occidente contra el cristianismo, pues se asocia a la esclavitud, a la colonización, a la avaricia de riquezas injustas” (19).
Indudablemente, nuestro autor saldrá al paso de la primera reacción que los hombres y mujeres de fe podemos tener al respecto, es decir “el análisis paralizante”, o como lo denomina Palomino: “parálisis de análisis” que significa que no hay nada que hacer y por lo tanto no se piensa hacer nada (20).
En realidad, la solución a un problema tan complejo está delante de nuestros ojos y, precisamente por ser tan sencilla, no terminamos de verla; se trata de enamorarnos locamente de Jesucristo cada uno de los cristianos, siguiendo el camino marcado por san Josemaría Escrivá de Balaguer: “buscarlo, encontrarlo, tratarlo y amarlo” (cfr. Amigos de Dios n. 300) y, después, dedicar la vida por entero a difundir por todas partes lo felices que somos los cristianos cuando nos centramos en Él y cómo lo hemos sido en todos los tiempos en que hemos vivido en la amistad y complicidad con Jesucristo.
Así pues, no basta con haber encontrado la paz y el amor de Dios que colman nuestro ser, nuestra sed de eternidad, de dicha y felicidad, pues si de verdad lo hemos encontrado y poseído, saldremos corriendo a la calle a contarlo a nuestros amigos a mostrarlo a todos con nuestra sonrisa, con nuestras vidas. Aquí el profesor Palomino se identificará con la salida a las periferias, que diría el papa Francisco (37) y añadirá otros textos del magisterio contemporáneo (39-54).
Precisamente, la segunda parte del trabajo nos ayudará a entender que precisamente “estas crisis mundiales son crisis de santos” (Camino n. 301). Es decir, que los cristianos coherentes, que luchan por identificarse con Cristo, devuelven al mundo su noble y original sentido y muestran la felicidad de la coherencia (91, 124-125).
José Carlos Martín de la Hoz
Rafael Palomino Lozano, Del templo al mundo, ediciones Palabra, Madrid 2021, 125 pp.