El sacerdote y escritor Fernando del Moral, actualmente trabaja, entre otras cosas, en la Pastoral juvenil de la Parroquia de Nuestra Señora de Caná de Madrid y ha aprovechado el final de la primera fase de la pandemia para redactar este trabajo que ahora presentamos, en el que analiza la situación vivida durante el confinamiento y extrae interesantes aportaciones de aquellas semanas, no sólo pastorales, sino sobre todo también vivenciales.
En efecto, el autor ha decidido presentar algunas primeras conclusiones e ideas, para que nos ayuden a revivir y repensar aquellos hechos, de modo que las ideas que extraigamos nos ayuden a todos a plantear una nueva evangelización a través de las modernas tecnologías de modo que se propicien nuevas conversiones y actividades de difusión del Evangelio a través de la web en una creciente desescalada espiritual, a la vez que sucede una menguante desescalada sanitaria.
En primer lugar, nos ha sorprendo gratamente comprobar el buen grado de conocimiento que posee el autor de la vida de los santos, también de los actuales e incluso de los más recientes como el beato Carlo Acutis (Asís 10 de octubre de 2020), tanto porque ese hecho indica haber captado en profundidad la importancia de la Comunión de los santos en la vida de la Iglesia, como por haber captado la importancia de la pastoral de la santidad hoy, para ofrecer al pueblo cristiano abundantes ejemplos de modelos e intercesores, incluso con la naturalidad de la santidad de “la puerta de al lado” como diría tan gráficamente el papa Francisco (18-20).
Enseguida, nos ha parecido muy importante el análisis de los días de la pandemia y cómo los cristianos tuvieron que adaptarse para vivir su fe en familia, con los suyos, en la iglesia doméstica, propiciando la caridad y el trabajo comunes, así como los ensayos de posibilidades de medios de formación cristiana: misa en streming, pláticas, catequesis y meditaciones on line, conversaciones y clases por plataformas.
Finalmente, el autor nos recuerda muy conmovido el milagro de la unidad del género humano reunido en unión de intenciones con el Santo Padre Francisco en Roma, vibrando en oración por todos los hombres: “la celebración de la Semana Santa supuso un hito histórico, convertir cada hogar en un cenáculo de oración; la oración presidida por el papa en una desierta Plaza de San Pedro nos hacía estar a todos unidos en una misma intención” (45).
En esa dirección, conviene volver a meditar los discursos de aquellos días y los que el autor propone a nuestra meditación en el Anexo. El primero del papa Francisco en la Vigilia de oración de la JMJ de Cracovia (2016): palabras que siguen conmoviendo y llamando a todos en la Iglesia a tener mayor valentía y creatividad apostólica (113-128). El segundo es una carta del cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación del Culto divino, a los presidentes de las diversas Conferencias Episcopales sobre la celebración de la liturgia durante y después de la pandemia del COVID-19 (128-141).
José Carlos Martín de la Hoz
Fernando del Moral, Desescalada espiritual. ¿Una pandemia pasiva?, ediciones Palabra, Madrid 2020, 141 pp.