Acaba de editarse un nuevo volumen de los diarios de Gabriel Insausti (Renacimiento, 2018), que no se han concebido al modo usual, es decir, como una relación de fechas y de detalles de la vida cotidiana del narrador. Aquí el escritor observa lo que pasa en su entorno familiar, profesional y social, o a través de noticias de la actualidad tanto local como nacional o internacional, para describir, comentar, reflexionar y opinar al respecto. A veces, los sucesos lo llevarán a evocar acontecimientos de la infancia o de viajes y otros sucesos del pasado más o menos reciente.
El tono general del texto es de ironía, de cierto distanciamiento, que da pie a comentarios y reflexiones llenos de sentido común sobre la realidad y sobre cuestiones muy variadas. Una mirada crítica, pero nunca cínica ni destemplada. Hay fragmentos muy divertidos, como cuando describe algunas modas o costumbres, y se nota también a menudo la condición de filólogo del autor, cuando nos deleita con ingeniosos juegos y asociaciones de conceptos y palabras. Tampoco faltan las referencias culturales, siempre con medida y sin hacer alardes de erudición.
Me ha parecido muy acertado el modo de tratar sucesos de la vida más personal, con recursos que permiten narrar algunos hechos, pero sin que se vea menoscabada la intimidad de sus parientes, colegas y amigos. Gabriel Insausti sugiere, ayuda a pensar a través de lo cotidiano, a huir de la superficialidad y de los tópicos, de un modo natural, cercano al lector, sin caer ni en la prepotencia vanidosa ni en la queja permanente, para que sea cada uno quien reflexione sobre lo que se dice y lo valore.
Luis Ramoneda