El escritor y ensayista colombiano, Mauricio García Villegas, una de las grandes figuras actuales de la literatura en castellano, redacta en este libro que ahora presentamos, una profunda crítica tanto inteligente como aguda, a la sociedad de la espontaneidad y de la anarquía.
Son muchas páginas de este ensayo en las que el autor pone el dedo en la llaga de la falsa libertad y de una errónea espontaneidad, que solo sirve de rémora tantas veces a las personas, los pueblos y países de Hispano América para avanzar.
Una de esas verdades que hieren, pero que apuntan horizontes y estimulan al crecimiento verdadero, es que la falta de orden y concierto, solo genera anarquía, pues en esa libertad mal entendida que raya con el caos, lo que hay es verdadera desidia y abundante corrupción, así como muy poca mesura y eficacia.
En esa línea, el autor recuerda que el estado de derecho es clave para la verdadera democracia. Sin autoridad no hay avance posible y que el incumplimiento y desobediencia de la ley, solo genera más caos: “Si la ley no se respeta, el sistema se derrumba” (35)
Otra falsedad, a la que el autor dedica páginas vibrantes, es el problema de los orígenes, pues a base de denostar la raíz de España y de los españoles, se termina por no entender, no sólo el pasado, sino también el presente y el futuro de América.
De hecho, nos recuerda que después de dos siglos de emancipación de la metrópoli hay que asentar que: “Detrás de nuestras grandes declaraciones jurídicas, de origen inglés o francés, casi siempre salta esa España agazapada, como si se resistiera a abandonar su legado acumulado durante más de tres siglos de historia colonial” (41).
De hecho, la herencia de España pervive insistente: “Es una herencia intangible que compartimos todos los latinoamericanos y que nos hace ver el mundo social de cierta manera, con sus leyes, sus costumbres, su concepción del poder, de la autoridad, de la obediencia y de los demás ciudadanos” (42). Refiriéndose al alma de don Quijote, recuerda Villegas: “El mundo está en su mente, y siguiendo ese aserto se rebela contra la mediocridad de la vida y decide (porque finalmente es él sólo él quien decide estas cosas) que la vida es épica, gloriosa y aventurera” (44).
Asimismo recordará la importancia del honor y la fama en el siglo XVI en España, y cómo eso configura el hoy de América y de España, donde “Si la vida es el honor, la mala reputación es la muerte, por eso el duelo es un acto para salvar la vida” (44). Y más adelante, añade: “Los españoles, por andar metidos en los asuntos de la gloria y la conquista, pusieron el honor y la defensa de la Iglesia por encima de todo” (45).
La conclusión es clara y resume en cierto modo este trabajo: “Así, la historia de este continente ha oscilado entre una libertad desaforada (sin liberalismo) y un orden despótico (conservador), dejando de lado casi todas las posibilidades intermedias entre la libertad y el orden” (47).
José Carlos Martín de la Hoz
Mauricio García Villegas, El orden de la libertad, ed. Fondo de cultura económica, México 2027, 255 pp.