El motín de la naturaleza

 

Con este sugerente nombre el historiador alemán Philip Blom (Hamburgo 1970) nos ofrece otro de sus magníficos trabajos de conjunto sobre el siglo XVII en la vieja Europa y enmarcado, especialmente en los Países Bajos y en Inglaterra, donde a partir de los archivos y pinacotecas, nos recordará y documentará el siglo más frio que conocemos en la historia nuestro continente. En efecto, entre 1570 y 1700 ha podido documentar nuestro autor un descenso de temperaturas medio de más de cuatro a seis grados, con intensas heladas que duraban desde noviembre hasta marzo o abril, y en donde se congelaba habitualmente desde el Támesis, hasta los canales de Amsterdam o las calles de Amberes, y donde las luvias primaverales terminaban de hacer su agosto congelando las cosechas

Asimismo, nuestro autor ha podido documentar la presencia de otros fenómenos estrictamente físicos; terremotos y erupciones volcánicas en la propia Europa y en américa y Oceanía, así como la terrible disminución de las temperaturas en el fondo del mar, la salinización del agua del mar y también la aparición de especies de peces de lugares del polo norte en las costas europeas.

Lógicamente los documentos aportados nos hablarán, asimismo, de epidemias, hambrunas, movimientos migratorios en busca de mejores condiciones de vida, de destrucción de cosechas, campesinos y ganaderos arruinados, subida de impuestos en las ciudades, pestes, aumentos de la mortandad infantil, congelación de cosechas de, viñedos, destrucción de empleo.

El problema de entender el mal físico en una sociedad de analfabetos y, por tanto, con falta de conocimientos científicos y abundante superstición, les hace incapaces de captar que la tierra es un sistema en equilibrio y que el norte magnético no coincide con el norte geográfico, a lo largo de la historia, por lo que estas variaciones no se deben a un castigo divino sino a reajustes climatológicos. La idea que muchos textos y documentos aportan en este trabajo es el miedo a la naturaleza junto con la falsa idea de que Dios nos ha abandonado, mientras que era la fe, en realidad, la que les ayudaba a encajar esas contrariedades para seguir trabajando (32).

Asimismo, Blom hace una referencia terrible al problema de las cazas de brujas que sucedieron en ese periodo, hasta la aparición de 13.000 expedientes de brujería entre 1590 y 1650 en Alemania, lo que implicó muchas muertes de inocentes, pues en definitiva fueron procesos sumarios, más destinados a poner freno a las catástrofes por castigo de Dios que a descubrir verdaderamente si realmente había sucedido verdadera brujería (62-64).

Es interesante como la Armada invencible de Felipe II con tantos barcos y miles de hombres que se lanzaron a la conquista de Inglaterra acabaron siendo destruidos por las borrascas y bajas temperaturas que por las fuerzas inglesas (39).

José Carlos Martin de la Hoz

Philip Blom, El motín de la naturaleza. Historia de la pequeña Edad del Hielo (1570-1700), así como del surgimiento del mundo moderno, junto con algunas reflexiones sobre el clima de nuestros días, ediciones Anagrama, Barcelona 2019, 343 pp.