En uno de los documentos magisteriales más importantes del Pontificado de san Juan Pablo II, la Encíclica Ut unum sint (Roma 1995), abordaba el Santo Padre la inveterada cuestión del ecumenismo y planteaba a los historiadores de la Iglesia, tanto de Oriente como de Occidente, investigar de modo interdisciplinar el ejercicio del Primado del Romano Pontífice en el primer milenio, para aprender de la historia y superar las desconfianzas que todavía hoy perduran (Ut unum sint, n.95).
Efectivamente, entre las muchas e interesantes aportaciones que han ido viendo la luz en estos años fruto de esos estudios que se han ido realizando, hay una cuestión recurrente acerca de la cual el papa Francisco no solo ha decidido aceptar y hacer propia, sino convertir en tarea también de todos los miembros del entero pueblo de Dios: el ejercicio del ministerio Petrino del tercer milenio como un verdadero “primado sinodal y diaconal”.
Indudablemente, con una llamada a la sinodalidad a todos los niveles, se invita a todos los cristianos a tomar la Iglesia como tarea propia y proponer ideas, sugerencias y acciones para que su labor evangelizadora sea más viva y eficaz. Además, de ese modo se podría retomar con nuevo vigor una antigua Tradición de la Iglesia, la sinodalidad, que está mucho más desarrollada en la Iglesia en Oriente y mucho menos en la Iglesia en Occidente, como se puede observar en la Biblioteca Nacional, Sala Cervantes tomando los primeros volúmenes de la Collección de las Actas de los concilios de la colección elaborada por Giovanni Domenico Mansi (1692-1769).
Es lógico que haya sucedido esto, puesto que desde el Cisma de Oriente en 1054 con Miguel Cerulario hasta la actualidad, las Iglesias acéfalas de Oriente han continuado reuniéndose en Sínodos incluso con aquellas Iglesias que se desgajaban de algún Patriarcado y, de hecho, muchas de esas Asambleas sirvieron para sostenerlas en la integridad del Evangelio y en la aplicación de la Buena Nueva a los problemas de las sociedades en que vivían y a lo largo de los siglos.
El profesor Salvador Pié-Not (1941), catedrático emérito de teología de la Facultad de Teología de Barcelona y gran especialista en Eclesiología, ha abordado la reciente convocatoria del Sínodo Universal sobre la Sinodalidad, para realizar una investigación histórica sobre el ministerio petrino y aportar luces para el entender la importancia y significado que el Romano Pontífice desea promover en toda la Iglesia universal.
Por una parte, con la Sinodalidad estaría subrayando la colegialidad y el modo de obrar del ejercicio del Primado donde las Iglesias orientales estaban cómodas y vivían la doctrina evangélica del primado petrino.
En segundo lugar, el primado diaconal, como el ejercicio del Papa y de todos los cristianos, se presenta como un verdadero servicio a la Iglesia y especialmente a los más necesitados. Así pues, esas dos facetas serían las líneas de fuerza que están marcando el Espíritu Santo y el Papa para toda la Iglesia.
José Carlos Martín de la Hoz
Salvador Pié-Not, Hacia el Primado sinodal y diaconal. Documentos histórico-eclesiológicos del ministerio petrino, ediciones BAC, Madrid 2021, 119 pp,