Desde el comienzo del cristianismo siempre ha impresionado a los discípulos, de entonces y de ahora, la conmovedora escena de los discípulos de Emaús (Lc 24, 13). Como se recordará se trata del momento en que dos de ellos desanimados ante la prueba de la cruz, volvían a su casa abandonando el camino que tres años atrás habían emprendido ilusionadamente.
Evidentemente, no se trataba de una crisis de cercanía o una crisis de confianza en Jesucristo convirtiendo el camino cristiano en un conjunto de creencias y un vulgar código de conducta. Es el mismo Jesucristo el que se cruza en su camino y les explica las escrituras para hacerles ver que el Mesías debía padecer y sufrir la muerte en la cruz como sacrificio redentor para la salvación del género humano.
El profesor Antonio González Fernández (Oviedo 1961), realiza un tratado de cristología enfocado a mostrar cómo se desarrolló el proyecto que Jesús había venido a realizar en este mundo y cómo ese proyecto incluía la realización de todas las profecías que en el Antiguo Testamento se habían producido.
En interesante que nuestro profesor comience con un capítulo introductorio acerca de los orígenes históricos del cristianismo y de las sucesivas teorías exegéticas protestantes y católicas sobre el Cristo histórico y el Cristo de la fe. Llama la atención que en ese extenso capitulo no haya ninguna referencia a la Tradición ni a los padres de la Iglesia sino sólo a las teorías de los géneros literarios, etnografía que dejan maltrechos a los textos del nuevo Testamento (23-27).
En realidad, el autor se ha especializado en el estudio e investigación del concepto y desarrollo del “reino de Dios” y desde las primeras referencias de Jesús a lo largo del Nuevo Testamento hasta el final, irá mostrando como verdaderamente el reino llegó con Jesucristo y permanece en Él a través de la Iglesia.
Es gracioso que, sin intentarlo expresamente, parece cómo si nuestro autor estuviera reproduciendo la escena de Emaús y haciendo un recorrido de las promesas mesiánicas desde la ley y los profetas hasta llegar al momento culminante de la “fracción del pan”. Ese es el momento culmen cuando se manifiesta claramente a los discípulos desanimados que corren venturosos parea dar la buena nueva de la resurrección y de la vida de Cristo en la Iglesia, en el mundo y en el corazón de cada uno de los cristianos.
Verdaderamente, el momento crucial mesiánico los expresara Jesús en el Evangelio cada vez que exclama “Yo soy”. Es lógico pues, aunque sea de modo oriental, está expresando “que el reino de los cielos está dentro de vosotros” (Lc 17, 20), porque El mismo está dentro de cada uno (185).
José Carlos Martín de la Hoz
Antonio González Fernández, El Mesías de Dios. Ensayo de Cristología, Sal Terrae, Santander 2023, 383 pp.