El roble y la corona

 

Los comienzos de la edad moderna en Europa y el humanismo renacentista, en concreto el siglo XVI, son tiempos particularmente intensos, plenos de dinamismo debido a la era de los descubrimientos, las guerras de religión, la ruptura de la unidad de la fe en Europa, las disputas teológicas, la globalización de los mercados y, sobre todo, la paz de los caminos y de los océanos, que llevará al derecho de gentes, algo muy distinto del siglo XV, caracterizado por la decadencia de la teología, el cisma de occidente, la caída de Constantinopla y el fin de Bizancio.

El libro que deseamos presentar ahora aborda las turbulentas relaciones entre el cardenal de la Rovere, luego papa Julio II y los Reyes Católicos. No olvidemos que Julio II se debatió toda su vida entre imitar a “Julio Cesar y San Pedro” (18), por lo que sus relaciones con Fernando II, Los Reyes Católicos y Fernando el Regente de Castilla, son los prolegómenos del imperio español y de un magnífico siglo XVI en el que España sostuvo la Sede Apostólica y abanderó la Iglesia reformada después de Trento por Europa, América y Asia.

El autor, Álvaro Fernández de Córdova, profesor del Instituto de Historia de la Iglesia de la Universidad de Navarra, por su larga trayectoria universitaria e investigadora y por las obras que ha publicado, está llamado a convertirse en el historiador más versado y profundo de las relaciones entre la Iglesia y el Estado español entre 1471 y 1510, es decir, un tiempo en el que “El papado  no fue insensible a estos cambios que transformaron su diálogo con las monarquías y perfiló su misión en el seno de aquella cristiandad convulsionada” (19).

Desde las primeras líneas del trabajo, resulta de gran interés que el autor haya expuesto con muchos detalles reveladores datos de Archivo acerca de las tensas relaciones entre Castilla y Aragón con la Curia Romana debido a los nombramientos de Prelados y Abades. Por una parte, es una muestra de que esas prebendas todavía no estaban sujetas a los criterios tridentinos de la “cura de almas”, sino que se entendían como premios a servicios a la Santa Sede, independientemente de su funcionamiento pastoral. De hecho, simultáneamente, a la disputa sobre la prebenda de la abadía de Monserrat se produce el impulso de la reforma de la orden benedictina que llevará pocos años después a su reflorecimiento en toda España (54).

Evidentemente la política exterior del cardenal de la Rovere y después Julio II, no coincidieron muchas veces con la del papa Alejandro VI, Génova y otros reinos cristianos, por lo que hubo de ausentarse de Roma en varios momentos.

Aunque en esto de la política vaticana, como muestra nuestro autor, todo es cuestión de esperar, pues los tiempos van cambiando en dirección de la inaplazable reforma de la Iglesia, que comenzará con el siglo en España y marcará ya la segunda parte del siglo XVI en toda Europa (73).

José Carlos Martín de la Hoz

Álvaro Fernández de Córdova, El Roble y la Corona, El ascenso de Julio II y la monarquía hispánica (1471-1504), ediciones Universidad de Granada, Granada 2021, 651 pp.