El último duelo

 

El profesor de Historia de Literatura Medieval de la Universidad de Los Ángeles en California, Eric Janger, es especialista en historia medieval francesa y ha redactado con gran éxito numerosos trabajos sobre esas materias. En esta ocasión, ha decidido afrontar una cuestión muy delicada y escasamente tratada: el problema de las ordalías o juicios de Dios.

Efectivamente, esta temática tan propia de civilizaciones con una fe rudimentaria y dotada de escasos recursos humanísticos y, por tanto, ausentes de vida espiritual bien formada, ha podido ser rastreada y documentada por nuestro autor tanto en los archivos que se conservan como en las colecciones narrativas, colecciones de cantos populares, leyendas históricas tanto en Francia como en la vecina Inglaterra.

Nuestro autor sin llegar a redactar una novela, ha logrado exponer los hechos con bastante verisimilitud. Nos referimos a una antigua querella, la que enfrentó en un duelo celebrado en 1386, nada menos que a dos grandes nobles de la Normandía francesa: los cortesanos Jean de Carrougues y Jacques Le Gris, vasallos del Conde don Pedro de Alençon, quienes se enfrentaron en un combate a muerte en presencia del Rey de Francia Carlos VI.

La escena final está maravillosamente descrita, con todo lujo de detalles, en la introducción del libro, donde aparecen caracterizados los personajes mencionados, el pueblo soberano, la abadía o monasterio cercano, donde aguardan los monjes preparados para impartir la extremaunción, y sobre todo las miradas se centran en la figura del joven rey que con su presencia confirmaba y daba fe del “juicio de Dios” que allí se va a celebrar.

Así pues, esta es la cuestión de fondo que se plantea en este libro que ahora presentamos: por qué se deja teóricamente al arbitrio de Dios el resultado, cuando bastaría con una investigación procesual, la pericia de los jueces y el sentido común, para llegar a la certeza moral suficiente para establecer el veredicto.

La ordalía aparece a nuestros ojos, como lo que es: un exceso de fe, un pedir una intervención sobrenatural de Dios, cuando no es necesaria pues basta con la revelación otorgada por Jesucristo y el derecho vigente para resolver el caso. Pero, la cuestión se planteaba de ese modo y el Magisterio de la Iglesia desde el IV Concilio de Letrán del 1215 que prohibió estos duelos y, posteriormente, a través de diversos Sínodos diocesanos de los siglos XIV y XV, finalmente lograría erradicar esa costumbre en las diversas naciones europeas.

Mientras tanto, el pretendido juicio de Dios se formularía así: “Si vence Jean de Carrougues y da muerte a Jacques Le Gris, entonces es que era verdad la acusación de haber violado a su mujer. Si, por el contrario, Jacques Le Gris vencía y mataba a Jean de Carrougues, entonces la acusación que recaía sobre él de haber violado a Marguerite, esposa de Carrougues, sería falsa y, por tanto, también debe ser ajusticiada Marguerite”.

José Carlos Martín de la Hoz

Eric Jager, El último duelo, Una historia real de crimen, escándalo y juicio por combate en la Francia medieval, Ediciones Ático de los libros, Barcelona 2021, 301 pp.