El verdadero Mesías

 

Hace unos días, en el tiempo pascual, hemos vuelto a meditar en la escena del Nuevo Testamento que refiere el encuentro de Jesús con los llamados discípulos de Emaús quienes regresaban a su casa, con su gente, tras abandonar Jerusalén pensando que con la muerte de Jesús en la cruz habría terminado todo (Lc 24, 13).

Como recordamos, el propio Jesús se les apareció, se hizo el encontradizo, caminó con ellos y, una vez que habían desahogado el alma, les devolvió la esperanza y, tras mostrarles con las Escrituras que Él era el mesías lo reconocieron al partir el pan.

Hace muchos siglos en 1462, el cardenal Nicolás de Cusa, tras asistir a la caída de Constantinopla en 1545 en manos de los turcos redactó un interesante y actual trabajo llamado “Cribatio Alcorani”.

En esa obra mostraba con todo lujo de detalles cómo los musulmanes poseían abundantes textos en el Corán con los que podrían acercarse a la figura de Jesús para quedar prendados de su figurea humana y poder caer en la cuenta de que era Dios y hombre verdadero y, por tanto, el Mesías prometido y autor de la redención del género humano.

Precisamente el Doctor Javad Nurbakhsh (1926-2008), profesor de psicología de la Universidad de Teherán, ha mostrado en un. interesante trabajo algunas aportaciones de la riqueza literaria de los sufíes y del Corán interpretado por los sufíes sobre la figura de Jesús.

En definitiva, nuestro autor desea hacer accesible la figura de Jesús y que reciba el afecto de los musulmanes y cristianos que lo lean pues está convencido que si dejan a Jesús entrar en su alma se producirá una transformación. Lógicamente, presupone una oración personal del lector y trascender del sentido literal hacia el espiritual.

Indudablemente, la figura de Jesús trazada en estos textos coránicos es conmovedora, pero una y otra vez se queda profundamente corta, no solo por los textos escogidos sino por la interpretación arriana de los mismos.

Es radicalmente cierto que los cristianos hemos recibido el don de la fe por el que creemos que Jesús es la plenitud de la revelación y que “no se fue haciendo Dios” (24) sino que era verdadero Dios y verdadero hombre en el momento de la concepción virginal en las entrañas purísimas de Santa María.

Jesús no necesitó ser sustituido en la cruz, sino que creemos los cristianos, por una luz del espíritu Santo que verdaderamente Jesús, el Hijo de Dios, quiso entregarse hasta la muerte y muerte de cruz para redimir al género humano.

José Carlos Martín de la Hoz

Doctor Javad Nurbakhsh, Jesús a los ojos de los sufíes, editorial Nur, Madrid 2023, 149 pp.