Elogio de la sed

 

El escritor, poeta y profesor de Teología Bíblica de la Universidad Católica de Lisboa, el portugués José Tolentino Mendonça (Machico, isla de Madeira, Portugal, 1965) fue invitado en el 2018 a predicar los ejercicios espirituales al papa Francisco y a un numeroso grupo de sacerdotes, religiosos, obispos y arzobispos y cardenales de la curia romana. Pocos años después, ocupará la Dirección de la Biblioteca Vaticana y del Archivo Secreto Vaticano y, finalmente, será elevado al cardenalato en 2019 por el papa Francisco.

En su primera intervención de aquellos ejercicios espirituales que cambiarían el rumbo de su vida, se presentaba ante aquel auditorio tan especial como un humilde sacerdote, “uno más de los 415.000 sacerdotes católicos del mundo” (17) y provocando desde el primer momento que las miradas se dirigieran al tabernáculo, es decir, logró crear un clima de oración y de recogimiento donde todos, en la presencia de Dios y con las luces del Espíritu Santo, pudieran discernir lo que Dios quería de cada un de ellos en ese momento (81), para los próximos años (25) y siempre para servir a la Iglesia (161).

Lógicamente, a lo largo de las siguientes páginas, el lector podrá revivir esas pláticas y tiempos de meditación de la Escritura, donde el autor con gran finura interior, riqueza de expresiones e imágenes, volvía una y otra vez a provocar la meditación de la Palabra de Dios.

Adelantemos enseguida que el tema central escogido por nuestro biblista para aquellos días de intensa oración apoyada, seguida y penetrante en los textos del Nuevo Testamento, era la famosa afirmación de la oración como el encuentro de “la sed de Dios y la sed del hombre” (catecismo n. 2560).

Para centrar todavía más la cuestión y provocar la oración personal, nuestro autor arrancará, como hace también la parte correspondiente del catecismo de la Iglesia católica dedicada a la oración, del conocido pasaje del encuentro de Jesús cansado (21) con la Samaritana junto al pozo, que alcanza su cenit en la conocida invitación perenne de Jesús a aquella mujer y a los hombres de todas las razas y todos los tiempos: “Si conocieras el don de Dios” (Io 4,10).

La sed de Dios, la sed del hombre, serán pues objeto de meditación de aquellos días trayendo a colación los principales lugares del Nuevo Testamento donde aparecen y siendo enmarcados por el extraordinario biblista y alma sensible del actual cardenal Tolentino Mendonça, que nos llevarán irremediablemente a rememorar el misterio de la redención del género humano.

Precisamente, en el prólogo a la cuarta edición de los textos de aquellos ejercicios se conservan las palabras redactadas y fechadas por el papa Francisco inmediatamente después de concluirlos, y en ellas vuelve al tema central de aquellos días con estas palabras: “Apreciamos muy especialmente sus sugerentes referencias a la sed de la humanidad, semejante a la que manifestó Jesús en la cruz” (15).

José Carlos Martín de la Hoz

José Tolentino Mendonça, Elogio de la sed, ediciones Sal Terrae, 4ª edición, Santander 2020, 164 pp.