Del filósofo inglés Isaiah Berlin (1909-1997) se han publicado y reeditado todas las obras que había dejado preparadas para su edición, incluso sus charlas radiofónicas y sus apasionantes debates públicos en defensa de la libertad y de los grandes temas de la filosofía contemporánea.
Quedaban por reunir algunos artículos dispersos, conferencias aisladas e incluso reseñas de libros comentados por él mismo. En esa tarea están actualmente centrados quienes dedican su tiempo a la publicación de la obra completa de este inglés de origen lituano que sigue sorprendiendo a los lectores, años después de su fallecimiento.
Indudablemente, libertad e igualdad son cuestiones capitales en la antropología de la cultura occidental y, sobre ellos, se ha vertebrado el debate filosófico después de la segunda guerra mundial y, en especial, en la revolución del 68 cuyo aniversario hemos celebrado recientemente.
Comencemos por resaltar que efectivamente para Berlin hablar de libertad significa afrontar decididamente el concepto de naturaleza humana, su apertura a la trascendencia y, sobre todo, su capacidad de compromiso (34).
En cualquier caso, en el presente ensayo Berlin dedica muchas páginas a recordar la importancia del conocimiento, de la intelección, para poder actuar verdaderamente en libertad y para poder aplicar la energía de la libertad que es la voluntad tras el juicio de conciencia, pues añadirá “¡Sólo la verdad libera!” (51).
Es interesante el diálogo con Kant, pues para el ilustrado alemán la moral del deber por el deber queda resuelta en un complejo mecanismo que fuera del conocimiento enseña al hombre a “conocer el porqué debe actuar de una manera” (53). Es decir, añadirá Kant que actuar bien requiere estar “maduro para la autonomía” (54).
Parece sorprendente que, para nuestro autor, la revolución francesa y sus consecuencias prácticas nos hablen de la libertad del ciudadano con tres adjetivos nuevos: “compensamos, conciliamos, equilibramos” (67).
En cualquier caso, al llegar al XIX y la eclosión de la civilización liberal, quedará claro hasta bien entrado el siglo XX que “la coacción y la violencia no conducen nunca a la libertad” (77).
Precisamente, al abordar el problema de la igualdad nuestro filósofo se dedicará a enunciar una y otra vez que la igualdad es en la teoría y en la práctica una cuestión secundaria que llegará, indudablemente, en la medida en que todos somos iguales ante la ley y todos estamos dotados del mismo grado de libertad (112). Es más, añadirá Berlin un poco después: “incluso en cuestiones de equidad, la mayoría de las veces el principio «que cada hombre cuente por uno» se ve modificado por otros fines y creencias que se dé en determinada cultura o sistema ético o en la visión de un pensador concreto” (125).
José Carlos Martín de la Hoz
Isaiah Berlin, Sobre la libertad y la igualdad, ediciones página indómita, Barcelona 2022, 135 pp.