Estudio acerca de la religiosidad en la edad Moderna

 

La profesora María Luisa Candau Chacón, catedrática de Historia Moderna, e investigadora de la Universidad de Huelva, se adentra en el volumen que presentamos en un amplio y ambicioso proyecto de estudio del ámbito de la religiosidad en la cultura occidental y centrado en la edad moderna.

El trabajo es verdaderamente una novedad, tanto por los objetivos como por la metodología utilizada, así como por la constante presentación de la respuesta a las diversas cuestiones en el seno de las principales confesiones religiosas, eso sí, tratadas todas ellas en régimen de igualdad y paridad más absoluta. Es decir, que se tratarán todas y cada una de las cuestiones separadamente tanto en la Iglesia católica, como en todas las demás; luterana, calvinista, anglicana y ortodoxa. De ese modo, la autora busca un verdadero libro de síntesis, homogéneo y universitario como evidentemente corresponde a la editorial y a la colección en la que ha ido a enmarcarse.

La conclusión, al terminar la lectura del trabajo, es que, al menos desde el punto de vista de la Iglesia Católica, seguramente por el empeño de la autora de comparar constantemente los credos y confesiones religiosas, sólo ha logrado equipararlas a la baja y, en cambio, no ha logrado reflejar bien las peculiaridades importantes de cada una. Con dos ejemplos palmarios tomados de la lectura de un manual de historia Moderna de la Iglesia Católica servirá para ejemplificar la cuestión.

Efectivamente, se trata de una de las épocas más fecundas de la religiosidad en el ámbito de la Iglesia Católica, lo que apenas queda reflejado en esta obra ni tampoco quedan las raíces a la vista; se trata nada menos que el siglo de oro de la mística castellana (en España y América), que en nuestro caso, es un reflejo de la profunda reforma de la teología que se lleva a cabo desde la Escuela de Salamanca (no hemos encontrado ni mención), así como la importantísima conjunción de la reforma de las órdenes y congregaciones religiosas comenzada por el cardenal Cisneros y la reina Isabel y, por tanto, su conexión final con la reforma del clero secular tras los decretos tridentinos y los trabajos del doctor de la iglesia. Cuestión que la autora ha decido eliminar, seguramente para no exagerar la presencia de la Iglesia Católica en su tratado.

Es de gran importancia la referencia que la autora realiza al catecismo de párrocos o catecismo universal de san Pío V publicado, primero en latín y, posteriormente, en las principales lenguas vernáculas, pero no tal y como ella lo plantea como fenómeno de adoctrinamiento común a otras confesiones (134-138), sino como una de las piezas claves sobre las que se va a apoyar la reforma católica después del Concilio de Trento que va a perdurar hasta el siglo XX. Es decir, hay que unir la reforma de la Liturgia con el Misal de san Pío V (1570), el catecismo de párrocos (1566) y la nueva Liturgia de las horas (1568); esos tres elementos son claves para poder llevar a cabo la tarea de la formación de los sacerdotes y del clero secular en los seminarios conciliares y noviciados que se pondrán en marcha en el mundo entero. Formado el clero se podía acometer con hondura la formación espiritual y doctrinal religiosa del pueblo cristiano.

José Carlos Martín de la Hoz

María Luisa Candau Chacón, La religiosidad en la edad moderna, editorial íntesis, Madrid 2020, 401 pp.