El doctor en filosofía por la Sorbona y profesor de la Universidad de Córdoba, José Carlos Ruiz, se ha convertido en uno de los intelectuales más conocidos en el actual panorama español, gracias a sus ensayos sobre filosofía a pie de calle y sus intervenciones en los medios de comunicación.
Basta con leer la bibliografía al final del ensayo que ahora presentamos y comprobar las notas a pie de página para sacar las conclusiones de cómo aborda nuestro autor las cuestiones normales, aquellas que se plantean a pie de calle, las que están en la boca de todos.
En definitiva, a través de los grandes clásicos, de filósofos como Platón, Sócrates, Aristóteles y tantos otros y de los ejemplos de la literatura antigua el autor va buscando argumentos para superar los golpes de la vida, la vejez, el desánimo o las dificultades grandes o pequeñas de la existencia. Lógicamente, las respuestas que aporta son cortas porque la filosofía y la sabiduría siempre han propiciado la vida virtuosa pero para vivir en plenitud se requiere el sentido de la vida que solo lo da plenamente el sentido trascendente.
Lástima que el autor considera la vida profesional, el descanso, las aficiones culturas y las relaciones humanas siempre a ras de suelo, sin la óptica de la trascendencia, por tanto, sin una visión completa del hombre. Veamos uno de sus razonamientos acerca de algo tan práctico como la paciencia: “No es cuestión de decir ‘Dios dame paciencia’ o esperar a que nos llegue el valor para tomar una resolución, se trata de reconocer las situaciones que la vida nos pone delante para poder ser pacientes, valientes o cariñosos. En algunas ocasiones, la construcción de la identidad es un sencillo asunto de atención” (20).
Evidentemente, la personalidad de cada uno de nosotros y los modos de reaccionar no se pulen solamente haciendo oración, sino también reflexionando sobre las propias actuaciones, es decir, aprendiendo a ser más prudente e intentando vivir la caridad con el prójimo y encajar con deportividad los propios errores. Indudablemente, se trata de atender y mejorar el propio carácter en conversación con Dios y teniendo claro que maduraremos en la relación con Dios y con los demás.
Lógicamente, para nuestro autor, como para cualquier observador avezado de antropología básica, amar es indudablemente el mejor ejercicio de la libertad: “Amar implica activar la voluntad de saber sin prejuicios, de querer profundizar en el otro, de tratar de comprender su fondo” (55).
Como bien sabe el autor es un error la banalización del sexo pues termina por destruir la dignidad de la persona humana y la capacidad real de hacer felices a las personas que nos rodean, por eso yerra al decir: “la compra y normalización de juguetes sexuales se ha convertido en un complemento amatorio que se libera del peso de la moral” (64-65). Precisamente, la moral es el arte de aprender a hace felices a Dios y a los demás.
José Carlos Martín de la Hoz
José Carlos Ruiz, Filosofía ante el desánimo. Pensamiento crítico para construir una personalidad sólida, ediciones Planeta, Barcelona 2022, 319 pp.