El último número de la revista Omnes -diciembre de 2023- incorpora colaboraciones de gran calidad. El profesor Juan Luís Lorda escribe acerca de la filosofía cristiana (páginas 40-42). Para este autor el materialismo excluye toda filosofía. Si el mundo es producto del azar no cabe pensar sobre sus causas, solo caben explicaciones científicas sobre aspectos concretos de la física, química o biología, insuficientes para explicar el todo, el sentido de la vida humana y del universo. Las ciencias han ido excluyendo sistemáticamente a la filosofía de todas la áreas. Me contaban que un profesor de psicología explicaba a sus alumnos el conocimiento en base a los bastones de la retina.
Lo que es producto del azar no lo es de la razón. El corolario, puramente aristotélico, es que donde hay un orden hay una inteligencia y si en la naturaleza hay un orden tiene que haber detrás una inteligencia. Igualmente, si rechazamos el mal es porque intuimos que en alguna parte tiene que haber un bien y corresponde a la filosofía determinar su naturaleza, manifestaciones y causas.
En el aspecto antropológico el profesor Lorda acude al Discurso de Ratisbona de Benedicto XVI. En aquella ocasión preguntaba el Pontífice: "¿Cómo puede la razón humana ser el resultado de un proceso irracional?". Por otra parte, si todo lo que existe es solo materia, no hay razones para pensar que la vida humana tenga más dignidad que cualquier otro ser vivo o inanimado, y, de hecho, comprobamos como en la actualidad la vida humana está ínfimamente valorada; menos, por supuesto, que los productos de la tecnología o que algunas materias primas muy cotizadas.
En el aspecto psicológico, el padre Jacques Philippe ha impartido en Madrid una conferencdia bajo el título de ¿Necesitamos a Dios? (páginas 46-49). El hombre -afirma el conferenciante- ha perdido el sentido de su vida; algunas filosofías habían declarado a Dios como enemigo del hombre: "Creímos -explica Philippe- que eliminando a Dios eliminábamos nuestra culpabilidad, pero ha sido exactamente lo contrario. Cada vez hay más culpabilidad" "En muchas personas -continúa el autor- hay un fondo de angustia porque no saben qué hacer con su libertad".
No hay esperanza, no hay perdón, no hay una paternidad del espíritu; pero con Dios la salvación es posible aunque toda nuestra vida haya sido un fracaso", y pone el ejemplo del Buen Ladrón en la cruz junto a Jesús. "Puedo ser sanado, tanto del mal que he hecho como del mal que he sufrido".
Acerca de la teología, el profesor de la Universidad de Navarra, Ramiro Pellitero, desgrana la carta apostólica Ad Theologiam promovendam, de 1 de noviembre de 2023, por la que el papa Francisco aprueba los nuevos Estatutos de la Academia pontificia de teología (páginas 26-30).
La Carta indica como fin de la teología interpretar proféticamente el presente [conocer lo que Dios quiere de nosotros] y descubrir nuevos itinerarios para el futuro a la luz de la Revelación". La teología ha de tener carácter sapiencial y pastoral, "tendiendo lazos hacia la espiritualidad y la evangelización sobre una base de antropología cristiana". La Carta pide orientar la teología hacia el encuentro con las distintas culturas a través del diálogo con las diferentes tradiciones y saberes, confesiones cristtianas y religiones, comprometiéndose abiertamente con todos, creyentes y no creyentes". Nos vienen a la cabeza las palabras de la Sagrada Escritura según las cuales Dios no aborrece nada de lo que ha creado (Sabiduría 11,24).
El Pontífice habla de una teología en salida, "en forma sinodal, que integre la multiplicidad de instancias y aportaciones (...), atenta a la voz del pueblo y a las llagas de la humanidad (...), una profecía de esperanza (...), propuesta de belleza y humanizadora". Por último, se propone orientar la teología como servidora de la evangelización y guía de los estudios eclesiásticos. Esto último requerirá profesores y estudiosos capaces de integrar las exigencias actuales con una base filosófica sólida.
Juan Ignacio Encabo Balbín