Historia de la Iglesia



            Joseph
Lortz, fue profesor de historia de las religiones en
Bonn y falleció en 1975. Redactó, a lo largo de su vida, una
Historia de la Iglesia que ha influido en la historiografía del siglo XX
y que sigue siendo una referencia obligada en nuestros días. La primera
edición fue publicada por Verlag, en Münster,
en 1965. Esta obra llevaba mucho tiempo agotada, y Ediciones Cristiandad la ha
reeditado.  El primer volumen
(antigua y medieval) salió en el 2003, ahora sale el Volumen dedicado a
la edad moderna y contemporánea.           Lógicamente
la recepción del Concilio Vaticano II y el amplio Pontificado de Juan
Pablo II no están adecuadamente reseñados en esta obra, aunque el
editor ha realizado pequeñas anotaciones. Si resulta sorprendente como
la visión del maestro alemán es, en gran parte, corroborada por
los sucesos posteriores.     


            Más
que un manual en el sentido clásico de la expresión se trata de
un completo ensayo sobre la Historia de la Iglesia, no en vano, su especialidad
era la de historia de las ideas, de ahí el subtitulo del libro: Historia
de la Iglesia en la perspectiva de la historia del pensamiento.


            Lo
más interesante de este trabajo son las páginas dedicadas a Lutero
y al comienzo de la Reforma protestante en la Europa del siglo XVI. Lortz se enfrenta con profundidad a la cuestión,
muestra el fondo católico de Lutero y las fallas en su formación
teológica, que le llevarán a una ruptura: lo que comenzó
siendo una reforma de la Iglesia, acabó por ser de hecho una reforma de la fe. Precisamente
en la medida en que se profundiza en el fondo católico de las
afirmaciones luteranas, dejando de lado lo que no pertenece a la
Tradición de la Iglesia, se puede recuperar la parte verdadera de su
aportación.


            Lortz da poca importancia a Francisco de Vitoria.. En estos últimos años de Ramón
Hernández, Juan BeldaPlans, Joaquin Brufau, etc., han mostrado con datos bien precisos como el
Concilio de Trento y la propia reforma católica del siglo XVI, tuvieron  como epicentro la Escuela de Salamanca. En
el seno del Convento de San Esteban de Salamanca y a través de la
docencia de Francisco de Vitoria y Domingo de Soto, se fue fraguando una nueva
síntesis del pensamiento católico. Así lo expresó
Juan Pablo II
: "En
aquellos tiempos tan difíciles para la cristiandad, estos grandes
teólogos se distinguieron por su fidelidad y creatividad. Fidelidad a la
Iglesia de Cristo y compromiso radical por su unidad bajo el primado del Romano Pontífice. Creatividad en el método y
en la
problemática. Junto con la vuelta a las fuentes -la Sagrada Escritura
y la
Sagrada Tradición-, realizaron la apertura a la nueva
cultura que estaba naciendo en Europa y a los problemas humanos (religiosos,
éticos y políticos) que surgieron con
el descubrimiento de
mundos nuevos en Occidente y Oriente. La dignidad inviolable de todo hombre, la
perspectiva universal del derecho internacional (ius gentium) y la dimensión ética como normativa
de las nuevas estructuras socioeconómicas entraron plenamente en la
tarea de la teología y recibieron de ella la luz de la revelación
cristiana
".(Juan Pablo II, Discurso a los teólogos
españoles
, Salamanca 1.XI.1982).


 


            José
Carlos Martín de la Hoz


 


Para leer más:


 


Lortz, J. (2008) Historia de la
Iglesia II. Historia de la Iglesia en la perspectiva de la historia del pensamiento
, Madrid, Cristiandad