El vicerrector de la Universidad Pontificia de San Dámaso de Madrid, don Nicolás Álvarez de las Asturias, ha coordinado y dirigido a un espléndido y numeroso grupo de jóvenes sacerdotes de la diócesis que han sabido redactar los manuales de una nueva colección de textos de teología, Historia y derecho canónico, bajo el sugerente título de “buscando entender”.
Querría ahora detenerme, aunque sea brevemente, a comentar algunas cuestiones que me han surgido de la lectura del breve manual del joven profesor Gonzalo Barbed sobre la Historia de la Iglesia que abarca desde los orígenes del cristianismo hasta el papa Francisco.
Es interesante que nuestro autor parta de unas palabras del viejo documento del siglo II, el Pastor de Hermas, donde se habla de volver a la primitiva Iglesia y se la describe como una anciana y eso que entonces apenas llegaba a los 200 años. De antigüedad, de ahí que nuestro autor denomine su obra como “una anciana muy joven” y aporta una visión renovada de la misma.
El texto me ha gustado mucho pues está escrito con agilidad, bien documentado, con una buena distribución de los espacios y los temas y con unos inmejorables resúmenes al termino de las lecciones.
Indudablemente es un acierto haber incorporado textos breves tomados directamente de las fuentes e insertado en el propio texto, robusteciendo de ese modo los análisis y marcando los temas más importantes y, finalmente, aportando criterio a las cuestiones controvertidas.
Lógicamente, el manual cumple con su misión didáctica de sintetizar el conocimiento acrisolado hasta él a la vez que ha sabido aportar las conclusiones más interesantes de la historiografía contemporánea: no busque el lector fórmulas baratas para resolver problemas complejos.
Indudablemente, como especialistas en algunas materias nos atrevemos a sugerir al autor que añada en próximas ediciones algunos colofones a sus interesantes páginas, pues me parece que son asuntos ya suficientemente consolidados.
En primer lugar, me atrevería a sugerir una breve referencia a la purificación de la memoria que hizo san Juan Pablo II el 12 de marzo de 2000, cuando condenó el uso de la violencia para defender la fe y citó explícitamente al tribunal de la Inquisición (75). En realidad, el error teológico de la Inquisición fue juzgar el interior de aquellas almas para constatar si había herejía y, en caso positivo, intentar provocar la conversión (105).
Asimismo, culminaría sus párrafos sobre la Escuela de Salamanca y las aportaciones de Francisco de Vitoria con una referencia al método teológico de dicha escuela que cristalizó con el manual de Melchor Cano, “De locis Theologicis” que ha perdurado hasta nuestros días y que ha sido editado recientemente por Juan Belda (93).
José Carlos Martin de la Hoz
Gonzalo Barbed Martín, Una anciana muy joven. Historia de la Iglesia, ediciones Palabra, Madrid 2022, 181 pp.