Humanismo y empresa

 

El profesor Rafael Alvira (1942-2024), catedrático de filosofía de la Universidad de Navarra junto con un nutrido grupo de pensadores y de empresarios del más alto nivel, decidieron hace más de cuarenta años poner en marcha unos seminarios de intelectuales y empresarios para investigar las relaciones entre “empresa y humanismo”.

En este volumen que ahora presentamos se recogen algunas intervenciones del profesor Alvira Domínguez en algunos de esos seminarios que son además de interesantes, desde el punto de vista especulativo, muy prácticos para el mundo empresarial.

Todo podría resumirse en una de las muchas afirmaciones enjundiosas de este volumen, cuando el profesor Alvira comenta que el Seminario “empresa y humanismo” tiene objetivos muy ambiciosos: servir al hombre y a la sociedad.

Por tanto, “Empresa y humanismo” es mucho más que unos encuentros para hablar simplemente de ética de los negocios, como si fuera una clase más de una escuela de negocios de cualquier lugar del mundo: “Se trata de tomarse al hombre en serio” y de “tomarse la vida en serio” (43).

Enseguida, nos dirá el profesor Alvira que debemos siempre “usar la libertad para buscar el bien común” (50). Asimismo, nos recordará la afirmación de Baltasar Gracián “sobre el hombre en su punto” (55). Es decir, un hombre, en condiciones de madurez y de “humanismo integrado” (65).

Un hilo conductor de lo desarrollado en este magnífico trabajo podría ser la importancia de establecer relaciones de estrechas de confianza entre los directivos y los empleados de la empresa.

Inmediatamente añadirá que esa confianza debe darse entre los clientes y la empresa misma. Cuando se da esa peculiar relación quiere decir que hay respeto mutuo, admiración, deseos de verdadera colaboración y seguridad en que esa relación es enriquecedora por ambas partes.

En cierto modo, se puede afirmar que las relaciones de confianza son las propias de una familia que tiene un objetivo que es colaborar con el bien común y contribuir al desarrollo mutuo desde la base de una confianza primordial que es la que se da en las familias: “el hogar al que siempre se vuelve”,  

La familia es la célula básica de la sociedad humana y cristiana y por tanto ha de estar en la ecuación. Este último aspecto es la otra cara de la moneda de la confianza y ambos constituyen el nervio de un país (211, 221).

José Carlos Martín de la Hoz

Rafael Alvira, Empresa y humanismo. Eunsa, Pamplona 2024, 297 pp.