Nos estamos acercando al cuarenta aniversario de la muerte del filósofo Heidegger (1889-1976) y para situarse adecuadamente conviene releer la extraordinaria biografía de Safranski sobre el filósofo alemán que renovó la metafísica e intentó recuperar el sentido del ser en el siglo XX.
Su formación comenzó en el seminario de Friburgo hasta que, por motivos de salud, hubo de abandonar la carrera eclesiástica (p. 67), lo que dio paso a su orientación hacia la filosofía. Como señala el autor: "El requerimiento y lo incómodo permanecen como criterios de verdad. Sin embargo, más tarde será precisamente la supuesta posesión de la verdad bajo la protección de la fe lo que se considere como un camino cómodo y una traición a la verdad" (p.47). Su marcha de la Iglesia Católica sucedió en 1919 (pp.139, 142).
En ese sentido señala el autor que "A través de Brentano, Heidegger llega a Edmund Husserl, cuyas Investigaciones lógicas, aparecidas exactamente con el cambio de siglo, pasaron a ser para Heidegger un libro de culto personal" (p.51). De hecho, añade Safrasnki, que "Desde mediados del siglo XIX, triunfó de hecho un realismo que sólo se sometía a lo fáctico para poderlo dominar mejor y, en este sentido, poderlo transformar" (p.54).
Para Safranski la clave de su desarrollo filosófico es esta: "La idea de historicidad radicalmente entendida destruye toda pretensión de validez universal. Quizás esta idea representa la mayor ruptura en la autoconcepción del hombre dentro de la historia occidental. Y significa también el final del filosofar católico de Heidegger" (p.181). De ese modo: "La filosofía pasa a ser para Heidegger el arte de mantener despierto al ser-ahí para sí mismo" (p.182).
En 1928, Heidegger regresa a Friburgo para asumir la cátedra de Husserl. Pensando en su llegada escribía: "Friburgo será para mí la prueba acerca de sí hay aquí algo de filosofía, o bien todo se disuelve en erudición" (p.229). Safranski resalta la síntesis de Jasper sobre Heidegger: "entre los coetáneos es el pensador más excitante, altivo, contundente, misterioso; pero luego te deja vacío" (p.131).
El hecho fue que el nazismo cobró fuerza y Heidegger se dejó embaucar durante un tiempo por Hitler. De hecho en su discursó cómo Rector de Friburgo, realizó una cierta Apología del nazismo. "La revolución nacionalsocialista es para Heidegger el intento de 'originar una estrella en un mundo sin dioses' (Nietzsche). Y por eso Heidegger extrae todos los registros de su estremecimiento romántico para dar a los acontecimientos una profundidad inesperada" (p.289). Pero Heidegger pronto volverá a retirarse a los cuarteles del pensamiento filosófico. "En ser y tiempo el alma de la propiedad era la soledad. Pero cuando el pueblo se convierte en singular colectivo del ser-ahí, entonces está soledad desaparece en la ominosa unidad del pueblo" (p.313). Safranski resume así la cuestión: Heidegger "en lugar de encontrarse con el pensamiento político, se encontró con la gnosis de la historia" (p.313).
El 14 de abril de 1934 dimite como rector y regresa a sus estudios filosóficos a través del estudio del pensamiento de Hölderlin (p.337). En 1935 comienza a desvincularse de la política nacionalsocialista entregada ya a la ciencia y la técnica y a la depuración antisemita (p.339).
En 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial, es separado de su cátedra y rehabilitado en 1951.
Respecto a su regreso a la Iglesia Católica, el autor señala lo siguiente: "En enero de 1976 Heidegger rogó a Bernhard Welte, compatriota de Merssskirch y profesor de teología de Friburgo, que fuera a conversar con él a su casa, y le comunico que, cuando en fechas próximas se produjera el desenlace, quería ser enterrado en el cementerio de Messkirch, la patria común. Pidió que se le diera sepultura eclesiástica y que Welte hablara en su entierro" (p.493).
Finalmente, falleció el 26 de mayo de 1976. En definitiva esta biografía da vida a Heidegger y, a la vez, ambienta la filosofía y la cultura de una de las épocas más interesantes de la historia.
José Carlos Martín de la Hoz
Rudiger Safranski, Un maestro de Alemania. Martín Heidegger y su tiempo, ed. Tusquets, Barcelona, 2007, 543 pp.