El periodista Miguel-Anxo Murado ha redactado un buen trabajo para establecer un amplio debate sobre el valor y el rigor de la historia de España. Comencemos por señalar que el subtítulo es falso: "verdad y ficción en la historia de España", puesto que en realidad solo se refiere a las falsedades o conjeturas que han hecho algunos historiadores acerca de la historia de España sin añadir logros ni aportaciones positivas.

La primera impresión del lector es que el autor ha conseguido escribir un libro cruel, sin resquicio, ni opciones, ni salida. Tan demoledor como la fuerza periodística para escribir: "Para saber este tipo de historia, uno podría pensar que sería mejor no saber ninguna" (p.194). Y cuando se refiere a los monumentos y calles de nuestras ciudades y pueblos, o a las películas históricas, podría decir: mejor no salir a ver nada.

Como siempre que se establece el relativismo con contundencia, la afirmación se vuelve contra ese principio y se cae en la trampa de asentar otro dogma: el de la anti historia. De hecho, el autor en algunos temas también hace una interpretación errónea de los hechos. Lo cual es perfectamente lógico porque es difícil conocer con hondura todos los temas. En concreto la crítica a Menéndez Pidal y a la cuestión del Cid Campeador, es recurrente: vuelve una y otra vez a la cuestión, desde la portada del libro hasta las páginas finales. Esto hace sospechar que algunas cuestiones las hatrabajado a fondo y otras por encima.

El otro hilo conductor es la tesis del escepticismo. Es lógico que sea así, pues del relativismo se desprende el escepticismo, pero en él parece una filosofía para la vida, así afirma el colofón del libro: "El escepticismo es también un conocimiento. Puesto que la historia es algo natural e instintivo, una carga que estamos obligados a llevar, queramos o no, es importante saber quitarle importancia para que no nos aplaste. Junto a la imaginación, ese escepticismo ha sido siempre una de las herramientas de los historiadores. Lo único que falta es que la utilicen también sus lectores"
(p.195).

Precisamente la línea final del libro de Miguel-Anxo Murado nos introduce en el mejor logro positivo de este libro: impulsar al lector aficionado a la historia y al habitual de la novela histórica a estudiar.

Es importante en la actualidad no confundir historia con novela histórica. Si son tantas las lagunas de la historia y las posibles interpretaciones de los hechos del pasado, como describe magníficamente el autor de este trabajo, es importante leer novela con más espíritu crítico y conocer la filosofía, el pensamiento y el arte de la época, no sólo para ambientar lo que estamos leyendo, sino para juzgar con menos anacronismos.

Otra lección importante de este trabajo es impulsar a los historiadores al rigor histórico y al trabajo de edición de fuentes. Precisamente la existencia de Internet facilita la localización de manuscritos, el conocimiento de ediciones antiguas y libros agotados en el mercado. Todo ello contribuirá a mejorar la calidad de lo que se escribe.

La última lección positiva del libro es esta: seguir  leyendo y estudiando historia con menos ingenuidad y mayor realismo, pero sin dejar de hacerlo.

 

José Carlos Martín de la Hoz

 

 

 

Miguel  Anxo MURADO, La invención del pasado. Verdad y ficción en la historia de España, ed. Debate,
Barcelona 2013, 230 pp.