La atomización luterana

 

Una de las más terribles consecuencias de la reforma protestante impulsada por Martin Lutero desde su famosa revuelta comenzada en 1517 y confirmada tras sufrir la excomunión de manos del santo Padre León X en 1520 con la bula “Exurge Domine”, fue la posterior atomización en muy pocos años de múltiples sectas que se siguen produciendo hasta la actualidad.

Deseamos presentar seguidamente un interesante trabajo sobre los anabaptistas, obra del teólogo e historiador Thomas Kaufmann (Cuxhaven 1962), profesor de la Universidad de Göttinga en Alemania, quien ha sido en estos años previos al centenario de las “tesis” luteranas, estudioso y compilador del pensamiento reformista y autor de la última gran biografía de Lutero (Trotta 2017).

Efectivamente, fueron muchas y, en ocasiones, muy violentas las sectas que brotaron tras la propuesta de reforma luterana y su posterior capitalización por las autoridades civiles quienes amortizaron muchos edificios sagrados, parroquias, ermitas y conventos y, a duras penas, contuvieron como pudieron las masas desacralizadoras que, en ocasiones, incendiaron templos, destruyeron retablos e imágenes y descerrajaron sagrarios.

Entre los movimientos más extremos hay que señalar a los anabaptistas, cristianos anónimos reformistas radicales que de golpe eliminaron los bautismos de niños y los dieron por inválidos y llegaron a exigir a los miembros de la nueva comunidad el ser rebautizados, provocando un hondo malestar entre los más moderados.

Ante aquella pasión reformadora que no tenía cabeza ni corazón y que era en gran parte fruto de la ignorancia, algunos pastores se pusieron en la cabeza, entre otros Thomas Müntzer (1525) y Melchior Hoffmann (1543) que terminarían muriendo a manos de las autoridades locales que prohibieron bajo pena de muerte rebautizar a los cristianos (53).

El argumento aducido por esa violenta secta era el principio de la “sola scriptura” y como no estaba explícitamente señalado el bautismo de niños, recurrieron al principio de esperar la “decisión de cristiano consciente” y por tanto a la libre decisión de los futuros miembros de la comunidad.

Es muy interesante que el profesor Kaufmann a la vez que va exponiendo cronológicamente los hechos y el devenir del terremoto luterano en las diversas regiones, va señalando la aparición de “reformadores de los reformadores” y de “herejes de los herejes” (59), pues al “ius reformandi” (41) de unos, se oponía la acusación de “falsos hermanos de otros” (27).

Asimismo, Lutero, como señala Kaufmann, empezó en el oficio de profeta que busca la conversión del pueblo y sus pastores, a ser juez de las tropelías del pueblo contra las tradiciones sagradas de la Iglesia, para terminar abandonando al pueblo a su suerte, pues murió convencido de que el fin del mundo estaba próximo.

José Carlos Martín de la Hoz

Thomas Kaufmann, Gli anabattisti. Dalla Riforma radicale ai battisti, Claudiana, Torino 2022, 154 pp.