La vida de todos y cada uno de los santos que ha habido en la historia de la Iglesia universal se podría resumir en aquellas palabras de san Pablo a los Gálatas: “Ya no soy yo el que vive, sino que es Cristo quien vive en mí!” (Gal 2, 20). Es decir, la plena identificación de los hijos en el Hijo. Así mismo, el camino de la identificación con Jesucristo que han llevado adelante todos los santos, implicaba la propia identificación de Dios Hijo con Dios Padre, al hacer suyas aquellas otras palabras de la Escritura: “mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y dar cumplimiento a su Obra” (Io 4, 34).
En las siguientes páginas vamos a detenernos brevemente en los pormenores y circunstancias históricas, espirituales y vivenciales del teólogo, filósofo y poeta español contemporáneo Fernando Rielo (1923-2004), precisamente en el centenario de su nacimiento.
Además, también estamos celebrando el vigésimo aniversario de la aprobación pontificia del Instituto “misioneras y misioneros identes”, fundado por él en Santa Cruz de Tenerife en 1957, bajo los auspicios del santo obispo de Tenerife Mons. Domingo Pérez Cáceres quien, poco antes de morir, le decía: “Fernando no abandones esto. Es una obra de Dios. Vas a sufrir muchísimo, pero vas a salir adelante”.
Estudiar la vida de Fernando Rielo y su rica aportación a la espiritualidad de la Iglesia y a la cultura occidental es precisamente el objetivo de este congreso internacional y agradezco al comité organizador la delicadez de invitarme a participar en estas sesiones y recibir esta pequeña comunicación.
Como doctor en historia de la teología, miembro de la Academia de historia eclesiástica y experto en el proceso de canonización y beatificación, tarea a lo que llevo más de 25 años trabajando tanto en las Causas del Opus Dei como de otras muchas causas, como asesor de la Conferencia episcopal, me dispongo a delinear en esta comunicación la vida de este hombre de Dios.
En el género biográfico documentado se utiliza el concepto de “hilo conductor” para poder resumir y sintetizar los miles de folios y libros recabados para poder redactar una semblanza lo más cercana a la realidad. Es decir, necesitamos un hilo conductor para resumir en pocas páginas la inmensa riqueza de una vida humana
La lectura atenta de la documentación que he podido recabar me ha llevado a escoger como hilo conductor de la vida de Fernando Rielo lo siguiente: “la aventura de la filiación divina”, pues me ha parecido descubrir en la extensa e intensa vida de este madrileño universal que la historia de su vida como persona, como cristiano y como fundador se podrían sustanciar en poner por obra sus encuentros personales íntimos y desbordantes con Dios Padre a lo largo de su vida y, desde su muerte en toda la eternidad. Es más, el mismo Dios Padre en una de sus muchas locuciones le dijo: “El beso de Dios”.
José Carlos Martín de la Hoz
Isabel Orellana Vilches, Fernando Rielo, Fundador de los misioneros y misioneras Identes, Desclée de Brouwer, Bilbao 2009, 363 pp.