La lectura de este interesantísimo trabajo, me ha recordado a las durísimas situaciones que tuvieron que atravesar los cristianos mozárabes de Córdoba cuando en pleno esplendor del califato omeya en Al-Ándalus, en pleno siglo IX, veían como sus hijos primero, y luego sus amigos y familiares, se iban convirtiendo al Islam poco a poco, es decir, prescindiendo de la fe tradicional de siglos, el habla y la cultura latina, subsumida por la poesía, la música y los placeres de la vida que regalaba el paso al islam y, finalmente, la mejora en la situación económica y social.
Cuando se veía por todas partes la “conversión al islam por deslizamiento”, los jóvenes cristianos mozárabes veían recortados sus derechos de manifestar públicamente su fe, y solo podían vivirla y expresarla en las ceremonias litúrgicas en el templo y no podían hablar de Jesucristo abiertamente.
San Eulogio de Córdoba reaccionó viajando al norte de la Península con algunos cristianos y obtuvieron en aquellas tierras navarras, cantorales, gramáticas, textos de los padres de la Iglesia cristianos y comentarios de la Sagrada Escritura de los clásicos, para revitalizar la fe en Jesucristo y en su doctrina salvadora, mediante una fe basada en la oración personal y el esplendor de la liturgia y, además, pudieron obtener textos jurídicos, literarios y filosóficos para poder ahondar en su cultura cristiana y devolver el entusiasmo por la fe y la cultura de sus antepasados.
Efectivamente, la batalla actual por una cultura acorde con la dignidad de la persona humana y que lleve al verdadero desarrollo de la humanidad no es violenta, ni exige por el momento mártires, sino más bien personas que vivan coherentemente la fe y que corresponda con la vida, es decir, lo que se llamaba cristianos de una pieza, que no tengan miedo a expresar sus ideas, aportar sus soluciones junto con las de los demás hasta recuperar un diálogo intenso con la cultura imperante, como han hecho los cristianos que nos han precedido.
Hemos asistido en estos años a una presentación del evangelio por parte del papa Francisco perfectamente engarzada con las aspiraciones de la juventud y le hemos visto arrastrarles como hacía san Juan Pablo II.
Asimismo, hemos visto su arrojo para defender y difundir la Doctrina Social de la Iglesia, promoviendo los derechos de los más desfavorecidos y trabajar en favor de los emigrantes, sus palabras y hechos en favor de los descartados. Le hemos visto enarbolar la bandera de un sano ecologismo que es defender el mundo creado por Dios y entregado al hombre para que lo trasmita a la siguiente generación.
Precisamente, el libro que ahora presentamos, está escrito por muchos autores procedentes de diversas áreas del conocimiento y de la esfera social y cultural, a donde se dirige es a despertar a muchos cristianos y personas no creyentes pero concordes en la verdad de la dignidad de la persona humana.
José Carlos Martín de la Hoz
Agustín Domingo Moratalla (coord.), ¿Librar la batalla cultural? De la cultura pensada a la cultura vivida, CEU ediciones, Madrid 2021, 295 pp.