El reciente trabajo de Manuel Rivero,
catedrático de historia de la Universidad de Alcalá de Henares, acerca de la
génesis y consecuencias de la batalla de Lepanto, es
un buen ejemplo de cómo a través de la buena investigación los hechos
históricos deben ser enmarcados.
En
1566, recién elegido San Pío V, comenzó su petición de auxilio a España para
alcanzar una gran Liga contra el Islam que había tomado la región del Danubio, lograr la liberación de Chipre del cerco turco y
acabar con el poderío naval turco en el Mediterráneo.
Después
de intensas negociaciones diplomáticas la escuadra católica, con España,
Venecia y la
Santa Sede entró en combate con los
turcos el 7 de octubre de 1971 en el golfo de Lepanto
y obtuvo una victoria contundente.
Después
de Lepanto, toda la costa sur del mediterráneo,
excepto el reino de Marruecos quedó en la órbita turca, gobernada por el Sultán
de Estambul a través de los jenízaros, fieles a sus órdenes. Chipre había caído
en manos turcas antes de Lepanto. Pero Italia quedó
definitivamente fuera del alcance del Sultán. Además en Grecia y en los
Balcanes el poder del sultán quedó resquebrajado. Las cuantiosas pérdidas
económicas sufridas y los barcos hundidos o inutilizados, provocó la decadencia
de la marina imperial otomana.
El
prestigio del Papado salió fortalecido y perdió el miedo al poder del Sultán.
También las diferencias técnicas entre ambos bandos comprobadas en la batalla
no harían sino aumentar en el futuro. El Papa Gregorio XIII, ante la actitud de
Felipe II y de Venecia, disolvió la Liga en 1573.
Así,
la presencia otomana en el Mediterráneo quedó en manos corsarias. Un ejemplo
sería Ramadán Bajá que gobernó Argél
de 1574 a 1577: "Ramadán Bajá era un ‘renegado’ modélico. Son palabras de Antonio de
Sosa: ‘Éste fue tomado cuando niño, guardando en Cerdeña unas pocas cabras de
su padre, y como su patrón, un mercader de Argel turco que le compró, viese que
era mozo hábil y bien inclinado, úsole a la escuela,
do deprendió muy bien la lengua turquesa y morisca, y
a leer y escribir ambas lenguas. Vivió muchos años con su patrón y, siendo
grande, se casó con una renegada corsa, ocupándose en su mercancía y, después,
en ser alcalde de algunos lugares. En el cual cargo, que tuvo muchos años, ganó
mucha riqueza y, después, mucha honra y creadito, siendo tenido por todos por
hombre justo, recto, manso y benigno, como realmente lo era, y de juicio y
prudencia notable entre los turcos" (E. SOLA-J. F. DE LA PEÑA, Cervantes y la berbería, ed..
Fondo de Cultura económica, México 1996, p.122).
El
siglo XVII cambió de orientación, se entró en fase de negociaciones con el
Sultán. Los intereses españoles se centraron en el Atlántico.Evidentemente
tras la batalla de Lepanto en 1571 la amenaza turca
pasó a atenuarse, aunque como veremos todavía faltará un siglo hasta que
decaiga.
José
Carlos Martín de la Hoz
M. RIVERO RODRÍGUEZ, La batalla de Lepanto, ed. Silex, Madrid 2008