La primera cuestión que debemos abordar en esta sesión es preguntarnos ¿qué ha sucedido para que la Iglesia Católica que había sido tratada por la mayoría de los ciudadanos españoles y, por supuesto, para sus clases intelectuales y dirigentes, como “Nuestra Santa Madre la Iglesia”, es decir quien nos daba los medios para salvarnos: el conocimiento de Jesucristo y su doctrina salvadora, los sacramentos y las orientaciones morales católica para alcanzar el cielo, pase a ser denominada ”la cuestión religiosa”. Es decir, cuando y porqué se rompe la unidad entre autoridad y verdad.
La primera explicación debemos encontrarla, entonces y en las actuales campañas de desprestigio, en lograr la desconfianza. Esta es la cuestión clave. Lo que no habían podido lograr las herejías antiguas y modernas habitualmente repetidas a lo largo de la historia, por ejemplo, la de Arrio que llevó al orbe a “despertarse arriano”, lo va a lograr en menos de un siglo de ilustración española, y su golpe de efecto que fue la extinción de la Compañía de Jesús.
Desde Lutero y la Enciclopedia se va minando la autoridad doctrinal y moral de la Iglesia. Carlos III manteniendo la fe en la doctrina salvadora de la Iglesia para dominar la Iglesia institución sólo tuvo que comenzar a remover la reforma de las órdenes mediante la propaganda habitual y brutal del anticlericalismo, primero contra el exceso número de frailes y monjas (¿tendrán vocación?), la petición de números clausus en los seminarios y noviciados.
Inmediatamente aireando los éxitos de la ciencia como si la Iglesia se opusiera al progreso científico, cuando aplaude la nueva metodología científica y su rigor experimental. Todo esto queda palmario en el terremoto de Lisboa
Finalmente, aireando las miserias y debilidades del clero, los defectos del clero rural, la ambición de los obispos, las regalías y las disputas por las sedes. Por supuesto continuaría la búsqueda de obispos que procedan del pueblo.
Asimismo, consideremos la prisa de los liberales para conquistar el poder y desde ahí a través de Constituciones o Cartas Magmas mantenerse en el poder. No tuvieron ningún inconveniente en intentar que capilarmente los curas y maestros la difundan en los corazones del pueblo.
Finalmente, los militares eran utilizados por los liberales conservadores y los liberales progresistas para los sucesivos golpes de Estado que reflejaban, en buena medida, cómo los dos grandes bloques liberales o ideologías políticas se iban alternando para dominar el poder.
Evidentemente un militar de un signo a otro era suficientemente útil para que los terratenientes, los burgueses, los comerciantes, atizados por los librepensadores pusieran el dinero y buscaran una revolución que les sacara de pobres.
Los pobres carlistas quedarán para siempre como los representantes rancios de las teorías políticas trasnochadas; como los partidos confesionales o los estados confesionales. Algo de otra época.
José Carlos Martín de la Hoz