Dos importantes hispanistas, profesoras de la Sorbona, Évelyne Ricci y Melissa Lecointre, han coordinado un estudio muy técnico sobre literatura comparada en la cultura de la posguerra en España que huye, desde el principio, de toda ideologización del signo que sea (9).
Indudablemente, el tono militar que Franco quiso extender y mantener hasta los años cincuenta buscaba doblegar y humillar al enemigo capturado y obligado a callar y ocultar sus sentimientos y sus convicciones más profundas. Evidentemente, en el lado de los vencedores, imperaban los valores castrenses, el recuerdo de la etapa de los Reyes Católicos y, en general, la literatura del siglo de Oro debía imponerse en todos los niveles de enseñanza y las obras culturales que se exhibieran: prensa, radio, arte, cine, teatro, y comedias (10).
La férrea censura del ministerio de gobernación y los buenos oficios de la dirección general de propaganda del propio régimen no necesitaba de la ayuda de la Falange primero y del Movimiento nacional, tras la reunificación.
La pregunta que se hacen nuestras coordinadoras francesas y que responden los profesores seleccionados en este volumen que recoge sus ponencias estudiadas en la Casa de Velázquez de Madrid, es, en primer lugar, si existe algo más que propaganda de los vencedores en la cultura entre 1939 y 1945. En segundo lugar, se plantearán cuales fueron “las nuevas redes culturales de la inmediata posguerra”, es decir, una vez desmantelada las redes culturales de la Segunda República y, en concreto, del imperante “Frente Popular” que llevó al país al choque con las fuerzas conservadoras en una perfecta lucha de clases y, por tanto, al preludio de la guerra civil. Es decir: “los incautos perdedores a la sombra de los vencedores” (25).
Se conservan los debates parlamentarios de abril del 1936 donde muchos diputados de izquierda estaban anunciando la dictadura del proletariado como la única solución viable para España. No hablaban de teorías, erraron en sus cálculos de fuerzas en el extranjero. Por eso, “el tema trasversal del libro es la literatura y la ideología” (15).
Tras el conflicto la cultura imperante irá a la par de los movimientos ideológicos entre las diversas facciones del régimen que terminarán por ser derrotados por los franquistas, una fuerza que no es nacional catolicismo como pretenden hacernos creer, sino el pragmatismo castrense católico de Franco y Carrero Blanco que supieron engañar a unos y a otros evitando que prevalecieran mucho tiempo unos sobre otros. Una genialidad del franquismo fue darles a los falangistas y a los mas ideólogos una mesa de despacho y un bedel al que dar órdenes. Mientras, los profesionales, que vivían al margen del juego político cargaron realmente el pais sobre sus hombros en el plano educativo, cultural, industrial y económico.
José Carlos Martín de la Hoz
Évelyne Ricci y Melissa Lecointre, La cultura de los vencedores. Nuevas redes culturales en la España de la inmediata posguerra (1939-1945), Prensas de la Universidad de Zaragoza, Zaragoza 2023, 180 pp.