Decía un gran historiador, José María Sesé, un hombre lleno de sentido común, que “España es como el rey midas, todo lo que toca entra en decadencia”. Y para ilustrarlo mostraba el ejemplo de las tres monedas de oro, con las que los sucesivos monarcas españoles fueron guardando veneración a los sucesivos Romanos Pontífices. La primera, la enviada por Felipe II, era de oro del Perú y maciza. La segunda, ya era mitad oro y mitad plomo y había sido entregada por Felipe III y, finalmente, la cuarta, remitida durante el reinado de Felipe IV, marcaba el momento más bajo, pues era sencillamente una moneda completa de plomo recubierta con una más que vulgar chapita de oro.
Evidentemente, los reinos, las personas, las cosas, tendemos a la decadencia; pues las leyes de la juventud, madurez y decrepitud que se aplican a los ancianos, son reglas sociológicas imparables. Además, últimamente el COVID’19 nos ha hecho envejecer a los que lo hemos pasado al menos diez años y eso se nota claramente a la hora de subir las cuestas y las escaleras del metro.
El capellán universitario y ensayista Jaime Sanz Santacruz se ha lanzado a un tema de una gran actualidad en todos los órdenes de la vida como es el de la decrepitud y la decadencia en forma de crisis vital; bien sea de los cuarenta, de los cincuenta, etc., es decir la perenne necesidad de retomar el camino de la vida con nuevos bríos. Algo que san Josemaría Escrivá de Balaguer lo denominaba sencillamente: comenzar y recomenzar.
Lógicamente, la solución es la de siempre, la que se compendia en frase de san Josemaría: “el remedio de los remedios es la piedad” (43). Pero el autor, fantásticamente, ha sabido entrar en la persona, hacerse cargo con maestría de lo que le sucede, hacerse con el fondo del alma y, de ese modo poder presentar la piedad de modo que remueva, sirva, funciones y devuelva la felicidad.
La solución reiterada una y otra vez, aunque presentada de modo distinto en treinta ocasiones, es presentada como respuesta positiva a las treinta modalidades de crisis que se pueden presentar al ser humano. Todo esto parece muy teórico y abstracto, pero la virtualidad del libro es que muchas personas se sentirán retratadas.
La palabra clave es la ilusión de fondo de seguir a Jesucristo en el camino de la vida, sea cual sea “la voluntad de Dios”. Eso implica, hacer las cosas por amor a Jesucristo y conmoverle a Él. Es decir, reilusionarse (17). El arrianismo, el gran enemigo de nuestra fe, nos escamotea la divinidad de Jesucristo, pero el Espíritu Santo, vuelve a ofrecer su figura completa, humana y divina, que nos llama (43).
Por tanto, la cuestión clave es vivir en la confianza esencial: Él confía en nosotros eternamente (79), así pues de esa confianza se derivan las demás confianzas, incluso la de nosotros con nosotros mismos.
José Carlos Martín de la Hoz
Jaime Sanz Santacruz, Reilusiónate. Claves para recuperar el sentido de tu llamada, ediciones Palabra, Madrid 2021, 174 pp.