El libro que ahora presentamos contiene un gran prólogo a modo de introducción, obra de Gwendal Chaton y, luego, una extensa crítica por parte del famoso sociólogo Raymond Aron (1905-1983) acerca del pensamiento filosófico del economista Friedrich Hayek (1899-1992).
En realidad, ambos pensadores, eran liberales de la guerra fría y, por tanto, eran liberales constreñidos a la dura realidad económica, sociológica y antropológica de la posguerra del 1945 y por tanto con el telón de acero enfrente y una lucha soterrada entre el bloque comunista y el liberal.
Precisamente, la precaria situación económica en Europa y Estados Unidos de posguerra produjo en el mundo occidental una situación de centralismo económico y político para concentrar fuerzas y sacar adelante la civilización occidental. El centralismo era compatible con las libertades, pero estas estaban muy recortadas y vividas en un sentido muy negativo.
Asimismo, ambos coincidían en condenar con fuerza la utopía del socialismo y el comunismo, conscientes de que la antropología marxista solo podría conducir a los planteamientos de Hobbes y a la pérdida de las libertades. Ambos negarán valor a la socialdemocracia (26).
Para Hayek “la libertad económica coincide con la libertad política”. Para Aron, Hayek sería un “marxista de derechas” incapaz de superar las utopías de la izquierda comunista. Pero Hayek sostiene que el “socialismo socava la libertad” (30).
Lógicamente, Raimond Arón es un firme defensor de la democracia liberal y recuerda que “la democracia es la verdad moral de nuestro tiempo” (64).
El problema de Hayek es que no fundamenta la ley humana en la ley natural y en la ley eterna de Dios, por lo que sólo logra plantear democracias débiles basadas en la “vis coactiva” de la ley humana (90).
Hayek que recuerda los principios de la Escuela de Salamanca y la unión de teología y derecho de Vitoria y Soto, asuntos que no se mencionan en este trabajo, podría tomar de ellos el concepto de precio justo fijado “por el común sentir de los mercaderes cristianos” (93).
La conclusión de ambos está en la construcción de un estado que deje al hombre más libre en el mercado y en la vida social (102). Finalmente, Raymond Aron hará una ligera opero interesante referencia a la necesidad de la confianza para construir una sociedad justa y solidaria: no basta con la táctica o la diplomacia (114)
José Carlos Martín de la Hoz
Raymond Aron, La definición liberal de la libertad. Crítica de la obra de F: A. Hayek, Página indómita, Barcelona 2024, 119 pp.