Richardo Herr (1922) redactó este trabajo como investigación para defender su tesis doctoral en la Universidad de Princeton que concluyó, después de varios años de estancia en España, en 1954.
Desde entonces, esta obra ha sido reeditada en muchísimas ocasiones y, además, ha sido la base sólida para el resto de sus escritos en historia contemporánea, tanto de España, de Europa, América y, en general, de historia de las ideas contemporáneas.
El punto clave de esta investigación es haber descubierto, en archivos y bibliotecas, una abundante documentación inédita, en gran parte, que mostraba la peculiar Ilustración en España, donde se daba en la Universidad, en la Iglesia, en la enseñanza pública y privada, una verdadera apertura a la razón y, por tanto, una versión peculiar del siglo de las luces puesto que evitaba colisionar con la fe y que llevará al alumbramiento de las peculiares ideas de los liberales españoles del XIX. Algunos ministros de Carlos III "continuaron siendo católicos creyentes aunque de espíritu liberal" (71)
En efecto, para poder entender la pugna ideológica y los vaivenes entre los liberales conservadores y los liberales progresistas, por ejemplo, en torno a la revolución de 1868 solo existe un camino, revivir como hace Herr el siglo XVIII español y, de ese modo, ver de donde nacen las ideas y las reacciones, de unos y de otros.
Es muy interesante la génesis, desarrollo, evolución, geografía y variedad de actividades de las Asociaciones económicas de amigos del país, modelo de asociacionismo privado, impulsado por el monarca y el estado que impulsaba la economía, el desarrollo industrial y agrícola, e incluso la educación católica de los más desamparados de la sociedad (130-140).
Es interesante la penetración que hace el autor de la figura religiosa y civil de Carlos III; la composición de sus sucesivos gobiernos, su desconfianza manifiesta hacía algunas órdenes religiosas, la división que se crea en el clero entre regalistas y no, incluso la somera investigación del autor sobre la expulsión de los jesuitas de los territorios de la corona española en 1767 (18).
Es muy interesante el lento giro de las universidades españolas para introducir el cambio metodológico entre el método científico de autoridades, al estilo del que seguían la teología y la filosofía, para desarrollar el método experimental. Un cambio que fue muy lento y con grandes resistencias por parte de las propias universidades e investigadores (141).
Finalmente queremos mencionar la aportación de Herr al debate acerca del jansenismo en la España de Carlos III. En efecto, jansenismo (y, por ejemplo, el tratado de Van Spen, jansenista por antonomasia en la época) en España, no quiere decir ser partidario de Jansenio, sino que: "Dentro de la Iglesia, a los reformadores se les llamaba jansenistas, no regalistas, pues querían limitar la autoridad papal" (29).
José Carlos Martín de la Hoz
Richard Herr, La España del siglo XVIII, ed. Aguilar, Madrid 1989, 417 pp.