Las encíclicas
del Papa Benedicto contienen buena parte de la doctrina explicada por Ratzinger
en ensayos filosóficos y teológicos de años anteriores. Su visión de la
persona, la sociedad y el amor están recogidos en libros publicados en décadas
anteriores, cuando era profesor y cuando era cardenal, no por ello más meritorios
que sus encíclicas, pero similares en cuanto contenidos.
La lectura de
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=1306">El espíritu de
la liturgia (Cristiandad, 2007) es uno de esos libros escritos como
Cardenal en 1999 en los que se detectan múltiples claves para la comprensión de
las numerosas decisiones en torno a la liturgia que está tomando el Papa.
En 1918 Guardini
publicó Sobre el espíritu de la liturgia, libro fundamental para
comprender el Movimiento Litúrgico de comienzos del siglo XX. El libro de
Ratzinger debe mucho a aquél, pero no como epígono sino como continuador
renovado del esfuerzo de volver a las raíces del cristianismo a través de la
herencia de conocimiento que supone la liturgia, una vez vistos los resultados
de las reformas litúrgicas de las últimas décadas. Como afirma Olegario G. de
Cardedal en su excelente introducción a la edición española "reflexionar sobre
el espíritu y las formas de la liturgia es repensar la historia fundadora del
cristianismo, la misión perenne de la Iglesia y la entraña personal de nuestra
vida cristiana".
Los
cristomaníacos contemporáneos aducen que el Papa es un reaccionario
tradicionalista, sobre todo después del hecho de autorizar las misas
preconciliares. Aunque saben que Ratzinger es una autoridad en el campo del
pensamiento, los que se oponen a él le atacan como si sus decisiones partieran
de postulados ideológicos simplistas. Nada más lejos de la realidad. En el
libro que nos ocupa, se nos explica detalladamente el porqué de cada uno de los
usos litúrgicos en general, no solo por qué la misa del antiguo misal es tan
válida como la actual, sino incluso en qué modo supone una mayor adecuación a la
doctrina eucarística. Su argumentación sobre la música litúrgica nos hace
comprender iniciativas tan llamativas como la del disco Alma Mater. Su
explicación sobre el uso de las imágenes es un verdadero brazo tendido a las
demás confesiones cristianas para la superación de la iconoclastia, no por su
rechazo sino por su correcta comprensión. Así podríamos enumerar decenas de
detalles que nos hacen entender que para Ratzinger la historia de la Iglesia y
la sabiduría pedagógica que transmite la liturgia está por encima de
consideraciones mundanas y de oportunidad mediática y política.
En definitiva, este
libro, además de ayudar al lector a comprender mejor la gran riqueza litúrgica
que pasa por delante de sus ojos sin percatarse, supone entender los pasos,
prudentes y sabios, que está dando la Iglesia en este comienzo de siglo y milenio
a través de este instrumento del Espíritu Santo que es Benedicto XVI. Es una
hoja de ruta para la comprensión eficaz del legado doctrinal de la Iglesia,
abandonado en un turbulento siglo XX y recuperable como patrimonio universal de
los fieles católicos y de los hermanos separados.
Carlos Segade