Me asomé esta semana, casualmente, a
"Alfa y Omega". No es una publicación que me apasione, pero
a veces tiene cosas interesantes. Mi interés por este semanario se
ciñe en gran medida a los libros. Las reseñas que trae cada
semana son de libros recién publicados, con cierta frecuencia de
editoriales poco conocidas. Por lo tanto, en alguna ocasión, se puede
descubrir algún título raro y además interesante.
Pero esta semana me he quedado sorprendido. Es
posible que la sorpresa esté ocasionada por una especial sensibilidad en
las últimas semanas, imbuidos como estamos en campaña electoral. En
estas ocasiones tengo un cierto miedo a que alguien mezcle a la Iglesia en cuestiones
políticas. Y mi extrañeza al ojear esta revista semanal católica ha sido encontrarme,
entre las reseñas de libros habituales, dos títulos con marcadas
referencias políticas. Dos de cuatro. Cuatro, a veces cinco, son los
libros reseñados habitualmente. Cuatro o cinco de contenidos inequívocamente
religiosos, o al menos de pensamiento. Eso pensaba yo.
Y justo en plena campaña electoral nos
encontramos con estos dos títulos, con inclinación partidista
–uno de ellos prologado por Rajoy-, y que
tratan, como es lógico, de asuntos en los que cualquier cristiano puede
opinar como le parezca. Que Rajoy prologue un libro
político me parece lo más normal del mundo. Que la editorial
correspondiente saque el libro en plena campaña, me parece un
oportunismo totalmente disculpable, loable diría yo, para sus intereses.
Pero al ver esos títulos en este semanario, instintivamente he buscado,
en la contraportada, los datos para certificar el carácter de la
publicación, y he encontrado, en títulos inequívocos:
Edita: Fundación San Agustín. Arzobispado de Madrid.
No deja de ser curioso observar que este
número se hace eco, con bastante espacio, del viaje de Benedicto XVI a
Brasil. Precisamente en este viaje el Papa ha dicho en más de una
ocasión, que la Iglesia no debe intervenir en política. "Si
la Iglesia comenzara a transformarse directamente en sujeto político, no
haría más por los pobres y por la justicia, sino que haría
menos, porque perdería su independencia y su autoridad moral,
identificándose con una única vía política y con
posiciones parciales opinables", ha dicho literalmente.
Cuantos años le costará a la
Iglesia de España desprenderse de la adhesión
franquista no lo sabemos, pero al menos debería servir para aprender.
Alguien dirá que un semanario como "Alfa y Omega" puede
informar de todo, pero el hecho es que se autotitula
"Semanario católico de información". Si pretende
contener información general –que no lo pretende- que quite el
apellido católico. Y si mantiene el apellido católico que informe
de temas religiosos, que es el motivo por el que los lectores lo buscarán
cada semana.
Ángel Cabrero Ugarte
Centro Universitario Villanueva
Para leer
más:
Raúl Berzosa, Iglesia, sociedad y comunidad
política, Desclée de Brouwer 2007
http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=5517
Joseph Ratzinger, Iglesia, ecumenismo y política, BAC 1987
http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=3399
Diego Contreras, La Iglesia católica en
la prensa, Eunsa 2004
http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=2956