Este trabajo, supuestamente de investigación, elaborado por el profesor Bruce Bueno de Mesquita de la universidad de Nueva York es verdaderamente una investigación fallida fruto de muchas lecturas, pero elaborada sin un verdadero maestro y, sobre todo, construida a base de una idea preconcebida y asegurada con abundantes lugares comunes y fruto de una idea previa: la Iglesia católica sería lo equivalente a una ONG sin ningún fundamento, ni solidez espiritual.
Evidentemente, para que la historia sea maestra de vida (14), como dice el autor, no basta escoger los documentos sólidos sobre los que se desea construir una historia, por ejemplo, en este caso las relaciones Iglesia y Estado en el medievo, sino conocer bien lo que es la Iglesia y lo que es la cristiandad, tanto las naciones europeas como los imperios que crecieron y desparecieron.
Posteriormente, para poder interpretar los datos hay que conocer las mentalidades. Si no ocurrirá, como con este libro, un total y completo anacronismo de 410 páginas, puesto que el autor no se ha esforzado en conocer las creencias de aquellos hombres y mujeres del medievo, sino que ha aplicado a sus vidas un agnosticismo pragmático.
El autor comete el error de negar la veracidad de la fe cristiana que sustenta a la Iglesia católica y a los principios por los cuales los reyes, emperadores, marqueses, condes, caballeros, burgueses y pueblo llano marcaron desde el Concordato de Worms de 1122 entre la santa sede, Francia e Inglaterra. Asimismo, niega la importancia de España y de Alemania en la historia de Europa.
Es interesante que el autor denigre los acuerdos de Worms; La Iglesia se arrogaría el poder de nombrar los obispos, aunque el emperador podía aceptar o rechazar el candidato. Finalmente, si se rechazaba el candidato el gobernante debía mantener la diócesis en el entreacto (23). Desde luego, hablar de concordatos fiables en el siglo XII demuestra poco conocimiento (25).
Inmediatamente, sugiere al lector que adopte un punto de vista cínico de modo que, desde este momento, se le anima a interpretar las actuaciones de reyes y papas y obispos como abusos de poder y afán de perpetuarse en el cargo y vivir de la Iglesia o del reino (27). Para terminar de concretar el método “científico” se anima a lector a aplicar la “teoría la de juegos” (30).
Es interesante, que el autor no cite más que una sola vez a Marsilio de Padua y ninguna a Guillermo de Ocham, pues hubiera encontrado en el enconado ataque de estos autores a la Iglesia y, concretamente, a Bonifacio VIII una buena batería de argumentaciones acerca de los límites del poder de la Iglesia. Lógicamente, no lo hace porque en realidad este autor no desea buscar la verdad sino argumentos para sostener una teoría de falsedades de la que parte.
José Carlos Martín de la Hoz
Bruce Bueno de Mesquita, La invención del poder. Reyes, papas y el nacimiento de Occidente, Siruela, Madrid 2024, 411 pp.