La actualidad del dominico Francisco de Vitoria, fundador de la escuela teológica y jurídica de Salamanca en el siglo XVI, se ha visto reafirmada por los abundantes descubrimientos que se están produciendo tanto en el área de moral económica del periodo, como entre los investigadores de la propia teoría económica del momento crucial de la historia moderna de España. En esa línea se encuadra el trabajo del profesor José Luis Cendejas y María Alférez, que presentamos: la publicación de clases de nuestro autor en Salamanca comentando la Suma Teológica de santo Tomás
En efecto, la continuidad de los reinados sucesivos de Carlos V, Felipe II, y Felipe III, en la que se dieron unas condiciones sociales, militares y económicas que permitieron hablar por primera vez de la economía global en Europa, por la intensa y fácil relación de las Ferias y mercados de las principales ciudades del tiempo.
Asimismo, el oro y la plata que llegaba de América, de modo casi constante y periódico, facilitó el gran desarrollo económico europeo del XVI por la mejora y aumento de la producción en la industria para la exportación a América de bienes de necesidad y a la vez la seguridad del pago de dichas transacciones, provocó una gran bonanza y optimismo económico. Asimismo, como es sabido se produjo una inflación que llevó al empobrecimiento congénito del imperio y consecuentemente la decadencia de España en los años posteriores (p. 35).
Vitoria pasará a la historia por la manera positiva de estudiar los mercados y el propio oficio de mercader, por el desarrollo del derecho de gentes, aplicado a la economía (27), a la propiedad (12) y por la clarividente visión del al precio justo: “común estimación de los hombres” (59), es decir, por la aplicación de la moral personalista de Santo Tomás a los nuevos problemas del mercado global. Tanto Keynes como los grandes autores creadores de la moderna teoría económica del mercado, recuerdan que gracias a la escolástica del XVI en España se mantuvieron bajos los tipos de interés, lo que resulta especialmente clave para todo el desarrollo económico (34).
Efectivamente gracias a los principios de la teoría de la justicia y del modo de entender la usura y las relaciones contractuales de Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Juan de Medina, Diego de Covarrubias, Martín de Azpilcueta, Diego de Covarrubias, pudieron ir reformulando los principios de los préstamos con interés bajo y los precios justos para la propia estabilidad y seriedad del mercado; confianza, letras de cambio y préstamo (40), sistema de cambio de monedas; es decir, una realidad civil y económica que se veía una extraordinaria normalidad como hasta el día de hoy, La economía abandonó los métodos usurarios judíos anteriores a 1492 por otros sistemas bancarios modernos y ágiles, con préstamos a bajo interés (42), y sistemas de compraventa basados en el derecho de gentes (67-70) y en la justicia castellana: “satisfacer necesidad mutua” (53), con acuerdos tanto entre moralistas como Luis de Saravia, Cristóbal Villalón, Diego del Castillo y Luis de Alcalá, todo ellos seguidores de Juan de Medina y de la Escuela de Salamanca.
José Carlos Martín de la Hoz
José Luis Cendejas Bueno, Francisco de Vitoria sobre justicia, economía y dominio, ediciones Universidad Francisco de Vitoria, Madrid 2020, 270 pp.