La memoria viva de Jesús

 

Indudablemente, el catedrático, investigador y profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca y director de la colección de Estudios bíblicos de ediciones Sígueme, Santiago Guijarro, se está convirtiendo en uno de los grandes especialistas en cristianismo primitivo.

En el último trabajo que ahora presentamos brevemente, recoge el estado de la cuestión sobre “las dinámicas de la trasmisión oral”, y escrita, de la revelación obrada por Jesucristo en aquellos años de caminar terreno entre nosotros.

En el fondo, el principio exegético que se maneja hábilmente en este estudio, a veces erudito, a veces sencillo y, siempre, ilustrativo, es bastante sencillo y complejo a la vez. Podría resumirse afirmando que verdaderamente no estamos tan lejos de la Iglesia primitiva, pues tampoco hemos cambiado demasiado desde entonces hasta nuestros días.

Eso sí, tras muchos años de estudio y de hermenéutica de los escritos de la antigüedad, nuestro autor llega a conclusiones sencillas y prácticas, que ayudan a entender mecanismos como el que afirmaron Pedro y Juan ante el Sanedrín: “no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Act 4, 20).

Por ejemplo, el profesor Guijarro rastrea las referencias explícitas e implícitas en las cartas de san Pablo sobre la figura humana y divina de Jesús “basada en la información trasmitida por los primeros discípulos de este” (49). En realidad, debería haber dicho “formación” en vez de “información”, pues los apóstoles no narraron simplemente hechos, sino que, verdaderamente, contagiaron vivencias que estaban muy dentro del alma.

Indudablemente, en Pablo no solo hay exposición de recuerdos recibidos, hay una honda reflexión teológica y, en concreto, tanto de teología espiritual como de teología dogmática (51). Por eso, nuestro autor nos dirá que Pablo y los evangelistas no trasmitieron todo lo que sabían de Jesús, sino sólo algunos retazos meditados por ellos mismos bajo la guía del Espíritu Santo (53). Es más, Jesús se le apareció a Pablo y le dijo cosas inexpresables (55). No solo Pablo, también los demás “a través de este reconocimiento, Jesús fue confesado y adorado junto con el Dios de Israel, modificando así el rígido monoteísmo hebreo” (63).

Indudablemente, en los evangelios “predominan las tradiciones discipulares, es decir los recuerdos trasmitidos por quienes habían seguido a Jesús de cerca. También hay otros recuerdos que reflejan un ambiente comunitario, protagonizados por las familias que acogieron en sus casas a Jesús y a sus discípulos” (69-70). Los milagros, para nuestro autor son muestra del recuerdo popular de la divinidad de Jesús (78).

José Carlos Martín de la Hoz

Santiago Guijarro, La memoria viva de Jesús. Dinámicas de la trasmisión oral, ediciones Sígueme, Salamanca 2023, 221 pp.