En el interesante trabajo del profesor Gómez Pérez “acerca de la verdad en los tiempos de la posverdad”, se constata una profunda reflexión metafísica a la que, por cierto, no estamos acostumbrados en los ensayos filosóficos que desde hace años se publican en nuestro país.
En la actualidad, por la manera de plantear la filosofía, es además importante no quedarse en una lectura de las simples conclusiones del trabajo, sino de también saber apreciar y valorar la metodología utilizada y las armas empleadas.
En ese sentido, conviene resaltar que nuestro autor va a dividir su trabajo en dos grandes bloques: el primero, centrado en la eternidad de la verdad en Dios y en las criaturas. Es el tema de la verdad inmutable.
En el segundo, bastante novedoso en la cultura europea contemporánea, descenderá a la cuestión de la historicidad de la verdad. Un asunto apenas contemplado por Santo Tomás en sus obras.
Precisamente, en la primera parte, tomando como base el tratado “de veritate” de Santo Tomás de Aquino, y entrando en el ambiente universitario del siglo XIII en París, el autor realizará una magnifica ambientación de ese tratado y de la conclusión de que la verdad es un trascendental y, como tal, en Dios se dan en plenitud y en el hombre en participación.
Es interesante, cuando nuestro autor desciende al estudio de la verdad en la vida de los hombres y en la propia definición de verdad como “Ad aequatio intellectus et rei”, es decir la adecuación del entendimiento a la cosa, pues aprovecha para señalar, con la definición clásica medieval, el profesor Gómez Pérez: “En la simple aprehensión no se afirma ni se niega nada. Por el contrario, cuando digo: ‘Esto es una piedra’, mi entendimiento se ha adecuado a la cosa, porque esto es realmente una piedra. La verdad reside, pues, en juicio” (85).
Un poco más adelante recordará nuestro autor un aspecto capital de la metafísica de san Tomás, que es la distinción essentia-esse en la obra del Aquinate, pues sirve para mostrar y fundar la verdad del juicio (137).
Indudablemente, también es atrevido, por parte del autor, utilizar la distinción “essentia-esse” en la obra del Aquinate, “como fundamento y raíz de la historicidad humana” (138).
Enseguida añadirá: “en los compuestos de materia y forma se dice que la forma es el iniciarse del ser, porque es complemento de la sustancia, y de esta el acto es el ser” (Contra Gentiles lib. 2, cap. 54). Es indudable, nos dirá, que “si la verdad es la perfección del entendimiento, y a su vez el entendimiento está hecho para conocer, la historicidad de la operación cognoscitiva señalará también la historicidad del conocimiento de la verdad” (143).
José Carlos Martin de la Hoz
Rafael Gómez Pérez, La verdad en los tiempos de la posverdad, Rialp, Madrid 2020, 196 pp.